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Comprender la mente humana para replicarla
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Comprender la mente humana para replicarla
Jueves, 27 de mayo de 2010
La Ciencia Cognitiva estudia la mente humana, la cognición. Se centra en cómo se generan y relacionan las percepciones, los recuerdos, las creencias, las emociones, las sensaciones…. Todo aquello que nos caracteriza a nosotros, los humanos.
Una particularidad del campo de la Ciencia Cognitiva es que se configura como un espacio de investigación híbrido con estudios de análisis conceptual (filosofía), trabajos experimentales (neurociencia y psicología) y de modelización (diseño de sistemas inteligentes).
Mi investigación se centra en esta temática, formo parte del Grupo de Informática Gráfica Avanzada (GIGA), perteneciente al Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón (I3A), dirigido por Francisco Serón. Mi línea de investigación tiene como objeto los Sistemas Cognitivos Artificiales. He sido investigador visitante en dos de las universidades europeas con mayor relevancia histórica en el estudio de la cognición, como son la de Edimburgo y la de Sussex (Brighton). Creo que: “En la escena internacional y en los últimos años se están produciendo transformaciones conceptuales de gran importancia en el estudio de la cognición. Aunque el intento de entender y reproducir inteligencia en máquinas no es una novedad, lo nuevo es que estaría atravesando unamodificación profunda en sus fundamentos y sus planteamientos programáticos”.
El resultado de esta investigación es el desarrollo de un nuevo campo de investigación centrado en el estudio de “Sistemas Cognitivos Artificiales” que nace con el objetivo de constituirse como un marco unificador que solucione, por un lado, los problemas de la falta de homogeneidad en el estudio de la mente, y por otro, permita replantear algunos de los supuestos fundamentales de la investigación tradicional en la incorporación de inteligencia a las máquinas, marcando la pauta de nuevas y futuras investigaciones.¿Cuál es la razón del estancamiento en la modelización y comprensión de los sistemas inteligentes?
El reto de conocer la mente humana utilizando el diseño de máquinas que reprodujesen comportamiento inteligente se había planteado en torno a 1960, por parte de la Inteligencia Artificial. Esta disciplina se había propuesto ayudarse de ordenadores y programas informáticos para entender cómo funcionaba la inteligencia humana y cómo reproducirla artificialmente.
Sin embargo, después de más de cincuenta años de investigación, podemos aseverar que no se ha conseguido crear sistemas que puedan denominarse inteligentes. Sí se han construido sistemas que superan funcionalmente al hombre en la resolución de determinados problemas (como jugar a ajedrez), pero sus aplicaciones quedan muy lejos de lo que se puede considerar inteligencia.
Mediante los ordenadores no hemos logrado entender cómo funciona la mente, en realidad lo único que se ha logrado hasta ahora no es más que “imitar” algunos resultados de las operaciones de la cognición humana.
¿Qué se propone el campo de los Sistemas Cognitivos artificiales?
El contexto de los “Sistemas Cognitivos Artificiales” pretende ser un escenario para superar la interdisciplinariedad en el estudio y modelización de la mente, y definir un futuro lenguaje único, que permita integrar los resultados diversos de las diferentes disciplinas que trabajan en este tema.
La mente sigue siendo un misterio para la ciencia.
¿En qué se basaría la tecnología de los sistemas cognitivos artificiales?
En integrar los diferentes resultados que se conocen sobre la mente en una única ciencia unificada de la cognición. Hasta ahora los estudios sobre la cognición y la mente han sido un cajón de sastre de disciplinas de cariz humanista o han pretendido basarse en la acumulación de datos experimentales sobre la activación cerebral. Necesitamos aspirar a una ciencia más rigurosa que vaya más allá de estos enfoques.
Desde el grupo GIGA se pretende comprender los mecanimos de la mente para reproducirlos en máquinas.
¿Qué se hace en otros lugares del mundo?
En los últimos años se ha producido un creciente interés hacia el campo de los sistemas cognitivos que empieza a consolidarse entre los temas de investigación prioritarios a nivel internacional. En concreto, la investigación en sistemas cognitivos se considera una prioridad científica en EEUU dentro de los programas de investigación de la NSF (Fundación Nacional de Ciencia), en Japón dentro de su programa de investigación de 21st Century CEO (Red de Centros de Excelencia en Investigación), en iniciativas privadas de grandes compañías informáticas como IBM (Autonomic Computing) o en los Programas de investigación europeos (VI y VII Programa Marco) como una de las siete áreas clave que Europa ha de desarrollar para, por un lado, alcanzar un liderazgo mundial en la próxima generación de tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC)
La Ciencia Cognitiva estudia la mente humana, la cognición. Se centra en cómo se generan y relacionan las percepciones, los recuerdos, las creencias, las emociones, las sensaciones…. Todo aquello que nos caracteriza a nosotros, los humanos.
Una particularidad del campo de la Ciencia Cognitiva es que se configura como un espacio de investigación híbrido con estudios de análisis conceptual (filosofía), trabajos experimentales (neurociencia y psicología) y de modelización (diseño de sistemas inteligentes).
Mi investigación se centra en esta temática, formo parte del Grupo de Informática Gráfica Avanzada (GIGA), perteneciente al Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón (I3A), dirigido por Francisco Serón. Mi línea de investigación tiene como objeto los Sistemas Cognitivos Artificiales. He sido investigador visitante en dos de las universidades europeas con mayor relevancia histórica en el estudio de la cognición, como son la de Edimburgo y la de Sussex (Brighton). Creo que: “En la escena internacional y en los últimos años se están produciendo transformaciones conceptuales de gran importancia en el estudio de la cognición. Aunque el intento de entender y reproducir inteligencia en máquinas no es una novedad, lo nuevo es que estaría atravesando unamodificación profunda en sus fundamentos y sus planteamientos programáticos”.
El resultado de esta investigación es el desarrollo de un nuevo campo de investigación centrado en el estudio de “Sistemas Cognitivos Artificiales” que nace con el objetivo de constituirse como un marco unificador que solucione, por un lado, los problemas de la falta de homogeneidad en el estudio de la mente, y por otro, permita replantear algunos de los supuestos fundamentales de la investigación tradicional en la incorporación de inteligencia a las máquinas, marcando la pauta de nuevas y futuras investigaciones.¿Cuál es la razón del estancamiento en la modelización y comprensión de los sistemas inteligentes?
El reto de conocer la mente humana utilizando el diseño de máquinas que reprodujesen comportamiento inteligente se había planteado en torno a 1960, por parte de la Inteligencia Artificial. Esta disciplina se había propuesto ayudarse de ordenadores y programas informáticos para entender cómo funcionaba la inteligencia humana y cómo reproducirla artificialmente.
Sin embargo, después de más de cincuenta años de investigación, podemos aseverar que no se ha conseguido crear sistemas que puedan denominarse inteligentes. Sí se han construido sistemas que superan funcionalmente al hombre en la resolución de determinados problemas (como jugar a ajedrez), pero sus aplicaciones quedan muy lejos de lo que se puede considerar inteligencia.
Mediante los ordenadores no hemos logrado entender cómo funciona la mente, en realidad lo único que se ha logrado hasta ahora no es más que “imitar” algunos resultados de las operaciones de la cognición humana.
¿Qué se propone el campo de los Sistemas Cognitivos artificiales?
El contexto de los “Sistemas Cognitivos Artificiales” pretende ser un escenario para superar la interdisciplinariedad en el estudio y modelización de la mente, y definir un futuro lenguaje único, que permita integrar los resultados diversos de las diferentes disciplinas que trabajan en este tema.
La mente sigue siendo un misterio para la ciencia.
¿En qué se basaría la tecnología de los sistemas cognitivos artificiales?
En integrar los diferentes resultados que se conocen sobre la mente en una única ciencia unificada de la cognición. Hasta ahora los estudios sobre la cognición y la mente han sido un cajón de sastre de disciplinas de cariz humanista o han pretendido basarse en la acumulación de datos experimentales sobre la activación cerebral. Necesitamos aspirar a una ciencia más rigurosa que vaya más allá de estos enfoques.
- En desarrollar sistemas artificiales que “comprendan” los problemas. Los sistemas cognitivos reales son sistemas que “comprenden” su entorno y actúan en consecuencia. No nos interesa construir sistemas que implementan técnicas que les permitan resolver problemas (como hace la Inteligencia Artificial) sino sistemas que puedan “entender lo que se está haciendo”, es decir, que puedan elaborar una solución porque comprenden el problema que se encuentran.
- size=12]Con este nuevo conocimiento se podrán desarrollar artefactos y aplicaciones útiles siguiendo planteamientos diferentes a los actuales.[/size]
Desde el grupo GIGA se pretende comprender los mecanimos de la mente para reproducirlos en máquinas.
¿Qué se hace en otros lugares del mundo?
En los últimos años se ha producido un creciente interés hacia el campo de los sistemas cognitivos que empieza a consolidarse entre los temas de investigación prioritarios a nivel internacional. En concreto, la investigación en sistemas cognitivos se considera una prioridad científica en EEUU dentro de los programas de investigación de la NSF (Fundación Nacional de Ciencia), en Japón dentro de su programa de investigación de 21st Century CEO (Red de Centros de Excelencia en Investigación), en iniciativas privadas de grandes compañías informáticas como IBM (Autonomic Computing) o en los Programas de investigación europeos (VI y VII Programa Marco) como una de las siete áreas clave que Europa ha de desarrollar para, por un lado, alcanzar un liderazgo mundial en la próxima generación de tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC)
- Objetivos metodológicos
- Fomento de la investigación de índole interdisciplinar: Parece inevitable que de cara a una más completa y mejor comprensión de la realidad debamos superar barreras existentes entre disciplinas con el mismo objeto de estudio. Para avanzar en la comprensión de los mecanismos del “comportamiento inteligente” de los seres vivos y poder aplicar este conocimiento al diseño de artefactos que permitan modelar, expandir, mejorar y reparar las capacidades cognitivas, debemos superar la estructura compartimentada de la organización académica.
Editat per darrera vegada per Carme el 27/05/10, 10:04 pm, editat 3 cops en total
Invitat- Invitat
Re: Comprender la mente humana para replicarla
- Intereses sociales
- Se confía en que la repercusión de sus resultados permitirá transformar muchos aspectos de nuestra vida cotidiana y nuestro trabajo. El control de vehículos, el control de las redes de comunicación, el diagnóstico médico (tratamiento de patologías mentales y enfermedades neurodegenerativas, análisis de déficit en el desarrollo, etc.), los sistemas de entretenimiento y formación y las interacciones entre los humanos y las máquinas son tan sólo unos ejemplos de las áreas que saldrán beneficiadas de dicha investigación.
Interacción entre la mente humana y la inteligencia artificial.
¿En qué investigación nos centramos en la Universidad de Zaragoza?
Investigación teórica
Nos proponemos diseñar marcos y arquitecturas de trabajo que superen las limitaciones que los modelos que la ingeniería utiliza para el diseño de sistemas inteligentes se ha encontrado hasta el momento. Entre otras:
1. Modelización de una inteligencia general y de sentido común: La Inteligencia Artificial nunca trabajó sobre un modelo de “inteligencia general” sino que se asumió una definición de inteligencia como “cierta habilidad para resolver problemas”. Con este enfoque, ha sido muy prolífica en aplicaciones de interés comercial/industrial pero dejando relegado el objetivo de comprender cómo es nuestra inteligencia.
2. La semántica: Una de las causas del fracaso de la Inteligencia Artificial ha sido aceptar el criterio que defiende que un artefacto “podría denominarse inteligente si su conducta era indistingible de la de un humano”. Por esto, ninguna de las actuales máquinas inteligentes puede entender el significado de lo que procesan, identifican símbolos pero no su sentido. Imitan pero no comprenden.
3. La autonomía: Si los ordenadores sólo simulan, imitan, procesos inteligentes no son realmente autónomos. Si un programa inteligente guía a un robot y éste falla, a quien le importa es al ingeniero que lo diseñó, pero no al robot mismo.
4. La dinámica de la “actividad cotidiana”: Entender cómo los sistemas cognitivos “hacen frente” a eventualidades, “están receptivos” a novedades, resuelven contrariedades, generan espontáneamente preferencias,”… comportamientos imposibles con las técnicas de la ingeniería de sistemas inteligentes en su estado actual.
Investigación aplicada: Personajes inteligentes y videojuegos
Nuestro propósito en la actualidad es incorporarles capacidades cognitivas a personajes animados y desarrollar aplicaciones donde el diseño de avatares inteligentes sean críticas. Uno de los campos donde consideramos que los sistemas cognitivos artificiales serán clave, es el de los “videojuegos de próxima generación.” Actualmente, cualquier acción que realiza un jugador dentro de un juego está prevista por el desarrollador, de modo que el comportamiento inteligente de los personajes es prácticamente inexistente. En este campo, la investigación y la aplicación de modelos cognitivos servirán para:
1) Aumentar el realismo de los personajes, que mostrarán deseos y miedos, estarán dotados de “aspiraciones” y comportamientos humanos, tendrán reacciones basadas en la memoria de acciones previas, se anticiparán y adaptarán sus comportamientos a las estrategias del jugador.
2) Aumentar la dificultad generando retos progresivamente más complicados para progresar en el juego. Serán juegos en los que los enemigos no se basarán en rutinas sino que aprenderán (se fijarán en nuestros movimientos, en nuestra técnica para cambiar la suya; aprenderán, etc).
3) Personalizar contenidos: serán juegos capaces de gestionar la experiencia de acuerdo a convenciones narrativas e interactivas, como controlar la duración o el contenido de cada sesión de juego, a circunstancias específicas.
¿Qué otras iniciativas hemos puesto en marcha desde la Universidad de Zaragoza?
En España este área está prácticamente sin desarrollar. El grupo GIGA lleva algunos años trabajando en una iniciativa global en este campo que se fundamenta:
Docencia: Formación académica en “Sistemas Cognitivos Artificiales”, ofertada para toda la comunidad universitaria, para aquellos alumnos con intereses en la comprensión de la cognición humana.
Institucionalización de redes científicas: Coordinación y puesta en marcha de la primera “Red temática en Ciencias Cognitivas” (RETECOG) en España para el estudio interdisciplinar de la mente que integra más de 11 Universidades y el apoyo del CSIC.
Investigación: Proyectos nacionales y europeos interesados en análisis interdisciplinares sobre cognición.
Difusión: de nuestra actividad: Curso de Verano de la Universidad de Zaragoza, Ciclo de Conferencias con Ibercaja, etc.
Autor de este tema: Manuel González Bedia. [/size]
Investigador del Dpto. de Informática e Ingeniería de Sistemas. Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón (i3A) de la Universidad de Zaragoza. C/ María de Luna, 1 50018 – Zaragoza Universidad de Zaragoza Tel: +34 976 76 19 41 Fax: +34 976 76 19 14 EMAIL: mgbedia@unizar.es
Noticia relacionada en Aragón Investiga: Investigadores del I3A estudian el diseño de la mente humana para comprender el proceso cognitivo
Invitat- Invitat
M'encanta com defineix la Ment: "una asfixiant abraçada al No-Yo"
Mescalina y Percepción
Fue en 1886 cuando el farmacólogo alemán L. Lewin publicó el primer estudio sistemático del cacto, al que se dio luego el nombre del propio investigador. Para la religión primitiva y los indios de México y del Sudoeste de los Estados Unidos era un amigo de tiempo inmemorial. La razón de que la veneraran como a una deidad quedó de manifiesto cuando psicólogos tan eminentes como Jaensch, Havelock Ellis y Weir Mitchell iniciaron sus experimentos con la mescalina, principio activo del peyote. Administrada en dosis adecuadas, cambiaba la cualidad de la consciencia profundamente –siendo al mismo tiempo menos tóxica- que cualquier otra droga del repertorio de la farmacología.
Por una serie de circunstancias para mí muy afortunadas, me vi de lleno en esta pista en la primavera de 1953, en California. A pesar de los setenta años de investigación sobre la mescalina, el material psicológico a disposición era todavía absurdamente insuficiente y el hombre deseaba mucho aumentarlo. Yo estaba allí y dispuesto – deseándolo muy de veras - a actuar de conejillo de Indias. Es así como en una luminosa mañana de mayo ingerí cuatro décimas de gramo de mescalina disueltas en medio vaso de agua y me senté a esperar los resultados.
La inteligencia es su propio lugar y los lugares habitados por los insanos y los excepcionalmente dotados son tan diferentes de aquellos en que viven los hombres y mujeres corrientes, que hay poco o ningún terreno común de memoria que pueda servir de base para la comprensión o la comunidad de sentimientos. Se pronuncian palabras, pero son palabras que no ilustran. Las cosas y acontecimientos a que los símbolos hacen referencia pertenecen a campos de experiencia que se excluyen mutuamente.
Vernos a nosotros mismos como los demás nos ven es un don en extremo conveniente. Apenas es menos importante la capacidad de ver a los demás como ellos mismos se ven. Pero ¿qué pasa si los demás pertenecen a una especie distinta y habitan en un universo radicalmente extraño? Así, parece virtualmente indudable que nunca sabré qué se siente cuando se es un Sir John Falstaff o un Joe Louis. En cambio, siempre me ha parecido que, por ejemplo, mediante la hipnosis o la autohipnosis, por medio de una meditación sistemática o también tomando la droga adecuada, es posible cambiar mi modo ordinario de consciencia hasta el punto de quedar en condiciones de saber, desde dentro, de qué hablan el visionario, el médium y hasta el místico.
Por lo que había leído sobre las experiencias con la mescalina, estaba convencido por adelantado que la droga me haría entrar, al menos por unas cuantas horas, en la clase de mundo interior descrito por Blake. Pero no sucedió lo que había esperado. Soy y, en cuanto puedo recordar, he sido siempre poco imaginativo. Las palabras, aunque sean las preñadas palabras de los poetas, no evocan imágenes en mí, ni tengo visiones en los lindes del sueño. Cuando recuerdo algo, la memoria no se me presenta como un acontecimiento que estoy volviendo a ver. Este era el mundo – poca cosa, pero cosa mía - que esperaba ver transformado en algo completamente diferente de sí mismo.
El cambio que se produjo no fue en modo alguno revolucionario. Media hora después de tomada la droga advertí una lenta danza de luces doradas. Poco después hubo suntuosas superficies rojas que se hinchaban y expandían desde brillantes nódulos de energía, unos nódulos vibrantes, con una vida ordenada continuamente cambiante. En otro momento, cuando cerré los ojos, se me reveló un complejo de estructuras grises, dentro del que surgían esferas azuladas que iban adquiriendo intensa solidez y, una vez completamente surgidas, ascendían sin ruido hasta perderse de vista. Pero en ningún momento hubo formas de hombres o animales, ni paisajes, ni aparición y metamorfosis mágicas de edificios. El otro mundo al que la mescalina me daba entrada no era el mundo de las visiones; existía allí mismo, con los ojos abiertos.
Tomé la píldora a las once. Hora y media después estaba sentado en mi estudio, con la mirada fija en un florerito de cristal. Este florero contenía únicamente tres flores: una rosa rosada completamente abierta, un gran clavel magenta y crema, y un iris. Fortuito y provisional, el ramillete infringía todas las normas del buen gusto tradicional. Pero no contemplaba unas flores dispuestas de modo desusado. Estaba contemplando lo mismo que Adán en la mañana de su creación: el milagro, momento por momento, de la existencia desnuda.
- ¿Es agradable? - preguntó alguien. Durante esta parte del experimento se registraban todas las conversaciones en un dictáfono y esto me ha permitido refrescar mi memoria.
- Ni agradable ni desagradable – contesté. - Simplemente, es -. Istigkeit… ¿No era ésta la palabra que agradaba a Meister Eckhart? “Seidad”. Lo que la rosa, el iris y el clavel significaban tan intensamente era nada más, y nada menos, que lo que eran, una transitoriedad que era sin embargo vida eterna, un perpetuo perecimiento que era al mismo tiempo puro Ser, un puñado de particularidades insignificantes y únicas en las que cabía ver, por una indecible y evidente paradoja, la divina fuente de toda existencia.
Continué en contemplación de las flores y, en su luz viva, creí advertir el equivalente cualitativo de la respiración, pero de una respiración sin retorno al punto de partida, con sólo un reiterado discurrir de una belleza a una belleza mayor, de un hondo significado a otro todavía más hondo. Mi vista pasó de la rosa al clavel y de esta plúmea incandescencia a las suaves volutas de amatista sentimental que era el iris. La Visión Beatífica, Sat, Chit, Ananda, Ser – Conocimiento - Bienaventuranza…
Por primera vez comprendía, no al nivel de las palabras, sino precisa y completamente, a qué hacían referencia estas prodigiosas sílabas. Y luego recordé un pasaje que había leído en uno de los ensayos de Suzuki: “¿Qué es el Dharma-Cuerpo del Buda?” (El Dharma-Cuerpo del Buda es otro modo de decir Inteligencia, Identidad, el Vacío, la Divinidad).
Quien formula la pregunta es un fervoroso y perplejo novicio en un monasterio Zen. Y con la rápida incoherencia de uno de los hermanos Marx, el Maestro contesta: “El seto al fondo del jardín”. El novicio, en la incertidumbre, indaga: “Y el hombre que comprende esta verdad ¿qué es, puede decírmelo?”. Groucho le da un golpecito en el hombro con el báculo y contesta: “Un león de dorado pelaje”.
Al mismo tiempo y de modo no menos evidente, era estas flores y cualquier otra cosa en que Yo – o, mejor dicho, el bienaventurado No-Yo liberado por un momento de mi asfixiante abrazo - quisiera fijar mi vista. Los libros, por ejemplo, que cubrían las paredes de mi estudio. Como las flores, brillaban, cuando los miraba, con colores más vivos, con un significado más profundo.
- ¿Qué me dice de las relaciones espaciales? - indagó el investigador.
Era difícil la contestación. Verdad era que la perspectiva parecía rara y que se hubiera dicho que las paredes de la habitación no se encontraban ya en ángulos rectos. Pero esto no era lo verdaderamente importante, sino el que las relaciones espaciales habían dejado de importar mucho y que mi mente estaba percibiendo el mundo en términos que no eran los de las categorías espaciales. En la experiencia de la mescalina, las preguntas implícitas a las que el ojo responde son de otro orden. El lugar y la distancia dejan de tener interés. La mente obtiene su percepción en función de intensidad de existencia, de profundidad y significado, de relaciones dentro de un sistema.
Lo que advertía, lo que se grababa en mi mente, era que todos los libros brillaban con una luz viva y que la gloria era en algunos de ellos más manifiesta que en otros. La posición y las tres dimensiones quedaban al margen. Ello no significaba la abolición de la categoría de espacio. Cuando me levanté y caminé, pude hacerlo con absoluta normalidad, sin equivocarme en cuanto al paradero de los objetos. El espacio seguía allí, pero había perdido su predominio. La mente se interesaba primordialmente en el ser y el significado.
Y junto a la indiferencia por el espacio, había una indiferencia igualmente completa por el tiempo.
- Se diría que hay tiempo de sobra.
Era todo lo que contestaba cuando el investigador me pedía que le dijera lo que sentía acerca del tiempo. Mi experiencia real había sido, y era todavía, la de una duración indefinida o, alternativamente, la de un perpetuo presente formado por un Apocalipsis en continuo cambio.
El investigador hizo que mi atención pasara de los libros a los muebles. Yo miraba mis muebles, no como el utilitario que ha de sentarse en sillas y escribir o trabajar en mesas, sino como el puro esteta que sólo se interesa en las formas y en sus relaciones con el campo de visión o el espacio del cuadro. Pero, mientras miraba, esta vista puramente estética fue reemplazada por lo que sólo puedo describir como la visión sacramental de la realidad. Las patas de la silla, por ejemplo, ¡qué maravillosamente tubulares eran, qué sobrenaturalmente pulidas! Pasé varios minutos - ¿o fueron siglos? - no en mera contemplación de estas patas de bambú, sino realmente siendo ellas o, mejor dicho, siendo yo mismo en ellas o, todavía con más precisión – pues “yo” no intervenía en el asunto, como tampoco, en cierto modo, “ellas” - siendo mi No-mismo en el No-misma que era la silla.
Según las ideas de Bergson, la función del cerebro, el sistema nervioso y los órganos sensoriales es principalmente eliminativa, no productiva. Cada persona, en cada momento, es capaz de recordar cuanto le ha sucedido y de percibir cuanto está sucediendo en cualquier parte del universo. La función del cerebro y del sistema nervioso es protegernos, impedir que quedemos abrumados y confundidos por esta masa de conocimientos en gran parte inútiles y sin importancia, dejando fuera la mayor parte de lo que de otro modo percibiríamos o recordaríamos en cualquier momento y admitiendo únicamente la muy reducida selección que tiene probabilidades de sernos prácticamente útil.
Conforme a esta teoría, cada uno de nosotros es potencialmente Inteligencia Libre. Pero, en la medida en que somos animales, lo que nos importa es sobrevivir a toda costa. Para que la supervivencia biológica sea posible, la Inteligencia Libre tiene que ser regulada mediante la válvula reducidora del sistema nervioso. Lo que sale por el otro extremo del conducto es un insignificante hilillo de esa clase de consciencia que nos ayudará a seguir con vida. Para formular y expresar el contenido de este reducido conocimiento, el hombre ha inventado e incesantemente elaborado esos sistemas de símbolos y filosofías implícitas que denominamos lenguajes, convirtiéndose en seguida en el beneficiario y la víctima de ellos. Beneficiario en cuanto el lenguaje procura acceso a las acumuladas constancias de la experiencia ajena, y víctima en cuanto lo confirma en la creencia de que ese reducido conocimiento es el único conocimiento, y - en cuanto deja hechizarse su sentido de la realidad - la forma en la que cada cual se inclina demasiado a tomar sus conceptos y palabras por cosas reales.
Los diversos “otros mundos” con los que los seres humanos entran de modo errátil en contacto, son otros tantos elementos de la totalidad del conocimiento perteneciente a la Inteligencia Libre. La mayoría de las personas sólo llegan a conocer, la mayor parte del tiempo, lo que pasa por la válvula reductora y está consagrado como genuinamente real por el lenguaje del lugar. Sin embargo, ciertas personas parecen nacidas con una especie de válvula adicional que permite trampear a la reductora. Hay otras personas que adquieren transitoriamente el mismo poder, sea espontáneamente, sea como resultado de deliberados “ejercicios espirituales”, de la hipnosis o de las drogas. Gracias a estas válvulas auxiliares discurre, no, desde luego, la percepción de “cuanto está sucediendo en todas las partes del universo” – pues la válvula auxiliar no suprime a la reductora, que sigue excluyendo el contenido total de la Inteligencia Libre -, sino algo más – y sobre todo algo diferente del material utilitario - cuidadosamente seleccionado, que nuestras estrechas inteligencias individuales consideran como un cuadro completo, o al menos suficiente, de la realidad.
En el caso de la mescalina, su efecto impide la producción de ciertas enzimas que regulan el vital suministro de glucosa a las células cerebrales, con lo que disminuye la glucosa disponible. Los efectos se pueden resumir como sigue:
1º La capacidad de recordar y de “pensar bien” queda poco o nada disminuida. Cuando escucho las grabaciones de mi conversación bajo la influencia de la droga, no advierto que haya sido entonces más estúpido que en tiempo ordinario.
2º Las impresiones visuales se intensifican mucho y el ojo recobra esa inocencia perceptiva de la infancia, cuando el sentido no está inmediata y automáticamente subordinado al concepto. El interés por el espacio disminuye y el interés por el tiempo casi se reduce a cero.
3º Aunque el intelecto no padece y aunque la percepción mejora muchísimo, la voluntad experimenta un cambio profundo y no para bien. Quien toma mescalina no ve razón alguna para hacer nada determinado y juzga carentes de todo interés la mayoría de las causas por las que en tiempos ordinarios estaría dispuesto a actuar y sufrir, por la sencilla razón de que tiene mejores cosas en qué pensar.
4º Estas cosas mejores pueden ser experimentadas – como yo las experimenté - “ahí afuera” o “aquí adentro”, o en ambos mundos, el interior y el exterior, simultánea o sucesivamente.
Cuando el cerebro se queda sin azúcar, el desnutrido ego se siente débil, se resiste a emprender los necesarios quehaceres y pierde todo su interés en las relaciones espaciales y temporales que tanto significan para un organismo deseoso de ir tirando en este mundo. Cuando la Inteligencia Libre se cuela por la válvula que ya no es hermética, comienzan a suceder toda clase de cosas biológicamente inútiles: percepciones extrasensoriales, belleza visionaria, revelaciones del sentido de la existencia desnuda, del acontecimiento tal cual es, al margen del concepto. En la fase final de la desaparición del ego –y no puedo decir si la ha alcanzado alguna vez algún tomador de mescalina-, hay un “oscuro conocimiento” de que Todo está en todo, de que Todo es realmente cada cosa. Yo supongo que esto es lo más que una inteligencia finita puede acercarse a “percibir cuanto esté sucediendo en todas las partes del universo”.
La mescalina procura a todos los colores un mayor poder y hace que el perceptor advierta innumerables finos matices para los que en tiempo ordinario es completamente ciego. Se diría que, para la Inteligencia Libre, son primarios los caracteres secundarios de las cosas. Como los que toman mescalina, muchos místicos perciben colores de un brillo sobrenatural, no solamente con la vista interior, sino hasta en el mundo objetivo que los rodea. Testimonios análogos formulan los psíquicos y los impresionables. “Es así como deberíamos ver”, decía una y otra vez, mientras miraba mis pantalones, los enjoyados libros de los anaqueles o las patas de mi silla.
“Así es como deberíamos ver, así son realmente las cosas”. Y, sin embargo, había reparos. Porque, si se viera siempre así, nunca se querría hacer otra cosa. Bastaría con mirar, con ser el divino No-mismo de la flor, del libro, de la silla, y sería suficiente.
Pero en este caso, ¿qué sería de los demás? En la grabación de las conversaciones hallo constantemente repetida esta pregunta: “¿Qué hay acerca de las relaciones humanas?” ¿Cómo se podría conciliar esta bienaventuranza sin tiempo de ver como se debería ver con los deberes temporales, de hacer lo que se debería hacer y de sentir lo que se debería sentir? “Deberíamos ser capaces de ver estos pantalones como infinitamente importantes y a los seres humanos como todavía más infinitamente importantes”, dije.
Pero en la práctica esto parecía imposible. Obligado por el investigador a analizar y decir lo que estaba sintiendo - ¡cómo ansiaba estar a solas con la Eternidad en una flor, con la Infinitud en las cuatro patas de una silla y con lo Absoluto en los pliegues de unos pantalones de franela! - advertí que estaba eludiendo deliberadamente las miradas de quienes estaban conmigo en la habitación. Una de aquellas personas era mi mujer y otra, un hombre al que respetaba y tenía mucha simpatía, pero ambos pertenecían al mundo del que, por el momento, la mescalina me había liberado, al mundo de los sí mismos, del tiempo, de los juicios morales y las consideraciones utilitarias; al mundo – y era este aspecto de la vida el que quería ante todo olvidar - de la afirmación de sí mismo, de la presunción, de las palabras excesivamente valoradas y de las nociones adoradas idolátricamente.
Mi pregunta seguía sin respuesta. ¿Cómo esta percepción purificada podía conciliarse con el debido interés por las relaciones humanas, con los necesarios quehaceres y deberes, para no hablar de la caridad y la compasión práctica? Se renovaba el muy viejo debate entre los activos y los contemplativos. Hasta esta mañana había conocido la contemplación únicamente en sus formas más humildes y ordinarias, como un pensar discursivo; como el trance creador en poesía, música o pintura; como una paciente espera de esa inspiración sin la que ni el más prosaico escritor puede realizar nada. Pero ahora conocía la contemplación en sus cumbres, mas no en su plenitud. Porque en su plenitud, el camino de María incluye el camino de Marta y lo eleva, por decirlo así, a su propio poder superior. La mescalina abre el camino de María, pero cierra la puerta del camino de Marta. Procura acceso a la contemplación, pero a una contemplación que es incompatible con la acción y hasta con la voluntad de actuar, con la misma idea de actuar. En los intervalos entre sus revelaciones, el tomador de mescalina se inclina a la impresión de que, si bien en cierto aspecto todo es supremamente como debe ser, en otro hay algo que anda mal. La mescalina no puede resolver nunca este problema; sólo puede plantearlo.
La solución completa y final sólo puede ser hallada por quienes están dispuestos a aplicar la buena clase de comportamiento y la buena clase de vigilancia constante y espontánea. Por encima del quietista está el contemplativo-activo, el santo, el hombre que, según la frase de Eckhart, está dispuesto a bajar del séptimo cielo para llevar un vaso de agua a su hermano enfermo. Por encima del arhat, que se retira de las apariencias a un Nirvana totalmente trascendental, está el Boddhisatva, para quien la Identidad y el mundo de las contingencias son una misma cosa y para cuya compasión sin límites cada una de estas contingencias es una ocasión, no solamente de comprensión transfiguradora, sino también de la caridad más práctica.
En cuanto a mí, en esta memorable mañana de mayo, no podía menos que estar agradecido de una experiencia que me había mostrado, más claramente que nunca antes, la naturaleza última del problema y su solución completamente liberadora.
Extractado por Pablo Cáceres de
A. Huxley.- Las Puertas de la Percepción
M'encanta com en Huxley defineix la ment: "una asfixiant abraçada meva, al No-Jo"
Fue en 1886 cuando el farmacólogo alemán L. Lewin publicó el primer estudio sistemático del cacto, al que se dio luego el nombre del propio investigador. Para la religión primitiva y los indios de México y del Sudoeste de los Estados Unidos era un amigo de tiempo inmemorial. La razón de que la veneraran como a una deidad quedó de manifiesto cuando psicólogos tan eminentes como Jaensch, Havelock Ellis y Weir Mitchell iniciaron sus experimentos con la mescalina, principio activo del peyote. Administrada en dosis adecuadas, cambiaba la cualidad de la consciencia profundamente –siendo al mismo tiempo menos tóxica- que cualquier otra droga del repertorio de la farmacología.
Por una serie de circunstancias para mí muy afortunadas, me vi de lleno en esta pista en la primavera de 1953, en California. A pesar de los setenta años de investigación sobre la mescalina, el material psicológico a disposición era todavía absurdamente insuficiente y el hombre deseaba mucho aumentarlo. Yo estaba allí y dispuesto – deseándolo muy de veras - a actuar de conejillo de Indias. Es así como en una luminosa mañana de mayo ingerí cuatro décimas de gramo de mescalina disueltas en medio vaso de agua y me senté a esperar los resultados.
La inteligencia es su propio lugar y los lugares habitados por los insanos y los excepcionalmente dotados son tan diferentes de aquellos en que viven los hombres y mujeres corrientes, que hay poco o ningún terreno común de memoria que pueda servir de base para la comprensión o la comunidad de sentimientos. Se pronuncian palabras, pero son palabras que no ilustran. Las cosas y acontecimientos a que los símbolos hacen referencia pertenecen a campos de experiencia que se excluyen mutuamente.
Vernos a nosotros mismos como los demás nos ven es un don en extremo conveniente. Apenas es menos importante la capacidad de ver a los demás como ellos mismos se ven. Pero ¿qué pasa si los demás pertenecen a una especie distinta y habitan en un universo radicalmente extraño? Así, parece virtualmente indudable que nunca sabré qué se siente cuando se es un Sir John Falstaff o un Joe Louis. En cambio, siempre me ha parecido que, por ejemplo, mediante la hipnosis o la autohipnosis, por medio de una meditación sistemática o también tomando la droga adecuada, es posible cambiar mi modo ordinario de consciencia hasta el punto de quedar en condiciones de saber, desde dentro, de qué hablan el visionario, el médium y hasta el místico.
Por lo que había leído sobre las experiencias con la mescalina, estaba convencido por adelantado que la droga me haría entrar, al menos por unas cuantas horas, en la clase de mundo interior descrito por Blake. Pero no sucedió lo que había esperado. Soy y, en cuanto puedo recordar, he sido siempre poco imaginativo. Las palabras, aunque sean las preñadas palabras de los poetas, no evocan imágenes en mí, ni tengo visiones en los lindes del sueño. Cuando recuerdo algo, la memoria no se me presenta como un acontecimiento que estoy volviendo a ver. Este era el mundo – poca cosa, pero cosa mía - que esperaba ver transformado en algo completamente diferente de sí mismo.
El cambio que se produjo no fue en modo alguno revolucionario. Media hora después de tomada la droga advertí una lenta danza de luces doradas. Poco después hubo suntuosas superficies rojas que se hinchaban y expandían desde brillantes nódulos de energía, unos nódulos vibrantes, con una vida ordenada continuamente cambiante. En otro momento, cuando cerré los ojos, se me reveló un complejo de estructuras grises, dentro del que surgían esferas azuladas que iban adquiriendo intensa solidez y, una vez completamente surgidas, ascendían sin ruido hasta perderse de vista. Pero en ningún momento hubo formas de hombres o animales, ni paisajes, ni aparición y metamorfosis mágicas de edificios. El otro mundo al que la mescalina me daba entrada no era el mundo de las visiones; existía allí mismo, con los ojos abiertos.
Tomé la píldora a las once. Hora y media después estaba sentado en mi estudio, con la mirada fija en un florerito de cristal. Este florero contenía únicamente tres flores: una rosa rosada completamente abierta, un gran clavel magenta y crema, y un iris. Fortuito y provisional, el ramillete infringía todas las normas del buen gusto tradicional. Pero no contemplaba unas flores dispuestas de modo desusado. Estaba contemplando lo mismo que Adán en la mañana de su creación: el milagro, momento por momento, de la existencia desnuda.
- ¿Es agradable? - preguntó alguien. Durante esta parte del experimento se registraban todas las conversaciones en un dictáfono y esto me ha permitido refrescar mi memoria.
- Ni agradable ni desagradable – contesté. - Simplemente, es -. Istigkeit… ¿No era ésta la palabra que agradaba a Meister Eckhart? “Seidad”. Lo que la rosa, el iris y el clavel significaban tan intensamente era nada más, y nada menos, que lo que eran, una transitoriedad que era sin embargo vida eterna, un perpetuo perecimiento que era al mismo tiempo puro Ser, un puñado de particularidades insignificantes y únicas en las que cabía ver, por una indecible y evidente paradoja, la divina fuente de toda existencia.
Continué en contemplación de las flores y, en su luz viva, creí advertir el equivalente cualitativo de la respiración, pero de una respiración sin retorno al punto de partida, con sólo un reiterado discurrir de una belleza a una belleza mayor, de un hondo significado a otro todavía más hondo. Mi vista pasó de la rosa al clavel y de esta plúmea incandescencia a las suaves volutas de amatista sentimental que era el iris. La Visión Beatífica, Sat, Chit, Ananda, Ser – Conocimiento - Bienaventuranza…
Por primera vez comprendía, no al nivel de las palabras, sino precisa y completamente, a qué hacían referencia estas prodigiosas sílabas. Y luego recordé un pasaje que había leído en uno de los ensayos de Suzuki: “¿Qué es el Dharma-Cuerpo del Buda?” (El Dharma-Cuerpo del Buda es otro modo de decir Inteligencia, Identidad, el Vacío, la Divinidad).
Quien formula la pregunta es un fervoroso y perplejo novicio en un monasterio Zen. Y con la rápida incoherencia de uno de los hermanos Marx, el Maestro contesta: “El seto al fondo del jardín”. El novicio, en la incertidumbre, indaga: “Y el hombre que comprende esta verdad ¿qué es, puede decírmelo?”. Groucho le da un golpecito en el hombro con el báculo y contesta: “Un león de dorado pelaje”.
Al mismo tiempo y de modo no menos evidente, era estas flores y cualquier otra cosa en que Yo – o, mejor dicho, el bienaventurado No-Yo liberado por un momento de mi asfixiante abrazo - quisiera fijar mi vista. Los libros, por ejemplo, que cubrían las paredes de mi estudio. Como las flores, brillaban, cuando los miraba, con colores más vivos, con un significado más profundo.
- ¿Qué me dice de las relaciones espaciales? - indagó el investigador.
Era difícil la contestación. Verdad era que la perspectiva parecía rara y que se hubiera dicho que las paredes de la habitación no se encontraban ya en ángulos rectos. Pero esto no era lo verdaderamente importante, sino el que las relaciones espaciales habían dejado de importar mucho y que mi mente estaba percibiendo el mundo en términos que no eran los de las categorías espaciales. En la experiencia de la mescalina, las preguntas implícitas a las que el ojo responde son de otro orden. El lugar y la distancia dejan de tener interés. La mente obtiene su percepción en función de intensidad de existencia, de profundidad y significado, de relaciones dentro de un sistema.
Lo que advertía, lo que se grababa en mi mente, era que todos los libros brillaban con una luz viva y que la gloria era en algunos de ellos más manifiesta que en otros. La posición y las tres dimensiones quedaban al margen. Ello no significaba la abolición de la categoría de espacio. Cuando me levanté y caminé, pude hacerlo con absoluta normalidad, sin equivocarme en cuanto al paradero de los objetos. El espacio seguía allí, pero había perdido su predominio. La mente se interesaba primordialmente en el ser y el significado.
Y junto a la indiferencia por el espacio, había una indiferencia igualmente completa por el tiempo.
- Se diría que hay tiempo de sobra.
Era todo lo que contestaba cuando el investigador me pedía que le dijera lo que sentía acerca del tiempo. Mi experiencia real había sido, y era todavía, la de una duración indefinida o, alternativamente, la de un perpetuo presente formado por un Apocalipsis en continuo cambio.
El investigador hizo que mi atención pasara de los libros a los muebles. Yo miraba mis muebles, no como el utilitario que ha de sentarse en sillas y escribir o trabajar en mesas, sino como el puro esteta que sólo se interesa en las formas y en sus relaciones con el campo de visión o el espacio del cuadro. Pero, mientras miraba, esta vista puramente estética fue reemplazada por lo que sólo puedo describir como la visión sacramental de la realidad. Las patas de la silla, por ejemplo, ¡qué maravillosamente tubulares eran, qué sobrenaturalmente pulidas! Pasé varios minutos - ¿o fueron siglos? - no en mera contemplación de estas patas de bambú, sino realmente siendo ellas o, mejor dicho, siendo yo mismo en ellas o, todavía con más precisión – pues “yo” no intervenía en el asunto, como tampoco, en cierto modo, “ellas” - siendo mi No-mismo en el No-misma que era la silla.
Según las ideas de Bergson, la función del cerebro, el sistema nervioso y los órganos sensoriales es principalmente eliminativa, no productiva. Cada persona, en cada momento, es capaz de recordar cuanto le ha sucedido y de percibir cuanto está sucediendo en cualquier parte del universo. La función del cerebro y del sistema nervioso es protegernos, impedir que quedemos abrumados y confundidos por esta masa de conocimientos en gran parte inútiles y sin importancia, dejando fuera la mayor parte de lo que de otro modo percibiríamos o recordaríamos en cualquier momento y admitiendo únicamente la muy reducida selección que tiene probabilidades de sernos prácticamente útil.
Conforme a esta teoría, cada uno de nosotros es potencialmente Inteligencia Libre. Pero, en la medida en que somos animales, lo que nos importa es sobrevivir a toda costa. Para que la supervivencia biológica sea posible, la Inteligencia Libre tiene que ser regulada mediante la válvula reducidora del sistema nervioso. Lo que sale por el otro extremo del conducto es un insignificante hilillo de esa clase de consciencia que nos ayudará a seguir con vida. Para formular y expresar el contenido de este reducido conocimiento, el hombre ha inventado e incesantemente elaborado esos sistemas de símbolos y filosofías implícitas que denominamos lenguajes, convirtiéndose en seguida en el beneficiario y la víctima de ellos. Beneficiario en cuanto el lenguaje procura acceso a las acumuladas constancias de la experiencia ajena, y víctima en cuanto lo confirma en la creencia de que ese reducido conocimiento es el único conocimiento, y - en cuanto deja hechizarse su sentido de la realidad - la forma en la que cada cual se inclina demasiado a tomar sus conceptos y palabras por cosas reales.
Los diversos “otros mundos” con los que los seres humanos entran de modo errátil en contacto, son otros tantos elementos de la totalidad del conocimiento perteneciente a la Inteligencia Libre. La mayoría de las personas sólo llegan a conocer, la mayor parte del tiempo, lo que pasa por la válvula reductora y está consagrado como genuinamente real por el lenguaje del lugar. Sin embargo, ciertas personas parecen nacidas con una especie de válvula adicional que permite trampear a la reductora. Hay otras personas que adquieren transitoriamente el mismo poder, sea espontáneamente, sea como resultado de deliberados “ejercicios espirituales”, de la hipnosis o de las drogas. Gracias a estas válvulas auxiliares discurre, no, desde luego, la percepción de “cuanto está sucediendo en todas las partes del universo” – pues la válvula auxiliar no suprime a la reductora, que sigue excluyendo el contenido total de la Inteligencia Libre -, sino algo más – y sobre todo algo diferente del material utilitario - cuidadosamente seleccionado, que nuestras estrechas inteligencias individuales consideran como un cuadro completo, o al menos suficiente, de la realidad.
En el caso de la mescalina, su efecto impide la producción de ciertas enzimas que regulan el vital suministro de glucosa a las células cerebrales, con lo que disminuye la glucosa disponible. Los efectos se pueden resumir como sigue:
1º La capacidad de recordar y de “pensar bien” queda poco o nada disminuida. Cuando escucho las grabaciones de mi conversación bajo la influencia de la droga, no advierto que haya sido entonces más estúpido que en tiempo ordinario.
2º Las impresiones visuales se intensifican mucho y el ojo recobra esa inocencia perceptiva de la infancia, cuando el sentido no está inmediata y automáticamente subordinado al concepto. El interés por el espacio disminuye y el interés por el tiempo casi se reduce a cero.
3º Aunque el intelecto no padece y aunque la percepción mejora muchísimo, la voluntad experimenta un cambio profundo y no para bien. Quien toma mescalina no ve razón alguna para hacer nada determinado y juzga carentes de todo interés la mayoría de las causas por las que en tiempos ordinarios estaría dispuesto a actuar y sufrir, por la sencilla razón de que tiene mejores cosas en qué pensar.
4º Estas cosas mejores pueden ser experimentadas – como yo las experimenté - “ahí afuera” o “aquí adentro”, o en ambos mundos, el interior y el exterior, simultánea o sucesivamente.
Cuando el cerebro se queda sin azúcar, el desnutrido ego se siente débil, se resiste a emprender los necesarios quehaceres y pierde todo su interés en las relaciones espaciales y temporales que tanto significan para un organismo deseoso de ir tirando en este mundo. Cuando la Inteligencia Libre se cuela por la válvula que ya no es hermética, comienzan a suceder toda clase de cosas biológicamente inútiles: percepciones extrasensoriales, belleza visionaria, revelaciones del sentido de la existencia desnuda, del acontecimiento tal cual es, al margen del concepto. En la fase final de la desaparición del ego –y no puedo decir si la ha alcanzado alguna vez algún tomador de mescalina-, hay un “oscuro conocimiento” de que Todo está en todo, de que Todo es realmente cada cosa. Yo supongo que esto es lo más que una inteligencia finita puede acercarse a “percibir cuanto esté sucediendo en todas las partes del universo”.
La mescalina procura a todos los colores un mayor poder y hace que el perceptor advierta innumerables finos matices para los que en tiempo ordinario es completamente ciego. Se diría que, para la Inteligencia Libre, son primarios los caracteres secundarios de las cosas. Como los que toman mescalina, muchos místicos perciben colores de un brillo sobrenatural, no solamente con la vista interior, sino hasta en el mundo objetivo que los rodea. Testimonios análogos formulan los psíquicos y los impresionables. “Es así como deberíamos ver”, decía una y otra vez, mientras miraba mis pantalones, los enjoyados libros de los anaqueles o las patas de mi silla.
“Así es como deberíamos ver, así son realmente las cosas”. Y, sin embargo, había reparos. Porque, si se viera siempre así, nunca se querría hacer otra cosa. Bastaría con mirar, con ser el divino No-mismo de la flor, del libro, de la silla, y sería suficiente.
Pero en este caso, ¿qué sería de los demás? En la grabación de las conversaciones hallo constantemente repetida esta pregunta: “¿Qué hay acerca de las relaciones humanas?” ¿Cómo se podría conciliar esta bienaventuranza sin tiempo de ver como se debería ver con los deberes temporales, de hacer lo que se debería hacer y de sentir lo que se debería sentir? “Deberíamos ser capaces de ver estos pantalones como infinitamente importantes y a los seres humanos como todavía más infinitamente importantes”, dije.
Pero en la práctica esto parecía imposible. Obligado por el investigador a analizar y decir lo que estaba sintiendo - ¡cómo ansiaba estar a solas con la Eternidad en una flor, con la Infinitud en las cuatro patas de una silla y con lo Absoluto en los pliegues de unos pantalones de franela! - advertí que estaba eludiendo deliberadamente las miradas de quienes estaban conmigo en la habitación. Una de aquellas personas era mi mujer y otra, un hombre al que respetaba y tenía mucha simpatía, pero ambos pertenecían al mundo del que, por el momento, la mescalina me había liberado, al mundo de los sí mismos, del tiempo, de los juicios morales y las consideraciones utilitarias; al mundo – y era este aspecto de la vida el que quería ante todo olvidar - de la afirmación de sí mismo, de la presunción, de las palabras excesivamente valoradas y de las nociones adoradas idolátricamente.
Mi pregunta seguía sin respuesta. ¿Cómo esta percepción purificada podía conciliarse con el debido interés por las relaciones humanas, con los necesarios quehaceres y deberes, para no hablar de la caridad y la compasión práctica? Se renovaba el muy viejo debate entre los activos y los contemplativos. Hasta esta mañana había conocido la contemplación únicamente en sus formas más humildes y ordinarias, como un pensar discursivo; como el trance creador en poesía, música o pintura; como una paciente espera de esa inspiración sin la que ni el más prosaico escritor puede realizar nada. Pero ahora conocía la contemplación en sus cumbres, mas no en su plenitud. Porque en su plenitud, el camino de María incluye el camino de Marta y lo eleva, por decirlo así, a su propio poder superior. La mescalina abre el camino de María, pero cierra la puerta del camino de Marta. Procura acceso a la contemplación, pero a una contemplación que es incompatible con la acción y hasta con la voluntad de actuar, con la misma idea de actuar. En los intervalos entre sus revelaciones, el tomador de mescalina se inclina a la impresión de que, si bien en cierto aspecto todo es supremamente como debe ser, en otro hay algo que anda mal. La mescalina no puede resolver nunca este problema; sólo puede plantearlo.
La solución completa y final sólo puede ser hallada por quienes están dispuestos a aplicar la buena clase de comportamiento y la buena clase de vigilancia constante y espontánea. Por encima del quietista está el contemplativo-activo, el santo, el hombre que, según la frase de Eckhart, está dispuesto a bajar del séptimo cielo para llevar un vaso de agua a su hermano enfermo. Por encima del arhat, que se retira de las apariencias a un Nirvana totalmente trascendental, está el Boddhisatva, para quien la Identidad y el mundo de las contingencias son una misma cosa y para cuya compasión sin límites cada una de estas contingencias es una ocasión, no solamente de comprensión transfiguradora, sino también de la caridad más práctica.
En cuanto a mí, en esta memorable mañana de mayo, no podía menos que estar agradecido de una experiencia que me había mostrado, más claramente que nunca antes, la naturaleza última del problema y su solución completamente liberadora.
Aldous Huxley
Extractado por Pablo Cáceres de
A. Huxley.- Las Puertas de la Percepción
M'encanta com en Huxley defineix la ment: "una asfixiant abraçada meva, al No-Jo"
Re: Comprender la mente humana para replicarla
T'ha captivat el text, ò el No-mateix del text ?
T'ha captivat a tú, o al teu No-tú ?
T'ha captivat a tú, o al teu No-tú ?
Re: Comprender la mente humana para replicarla
A captivat al meu Sí-Jo Pq era totalment conscient del què llegia, i d'alguna manera, em sentia transportada a estats viscuts per mi...sensa mescalina
Invitat- Invitat
Re: Comprender la mente humana para replicarla
"Según las ideas de Bergson, la función del cerebro, el sistema nervioso y los órganos sensoriales es principalmente eliminativa, no productiva. Cada persona, en cada momento, es capaz de recordar cuanto le ha sucedido y de percibir cuanto está sucediendo en cualquier parte del universo. La función del cerebro y del sistema nervioso es protegernos, impedir que quedemos abrumados y confundidos por esta masa de conocimientos en gran parte inútiles y sin importancia, dejando fuera la mayor parte de lo que de otro modo percibiríamos o recordaríamos en cualquier momento y admitiendo únicamente la muy reducida selección que tiene probabilidades de sernos prácticamente útil."
Henri-Louis Bergson
Filósofo francés Henri Bergson (1859-1941)
Nacimiento 18 de octubre de 1859, en París, Francia
Fallecimiento 4 de enero de 1941, París (81 años)
Época Época moderna
Región Filosofía occidental
Escuela Espiritualismo francés
Intereses Metafísica, epistemología, filosofía del lenguaje, filosofía de la matemática
Ideas
notables Tiempo, intuición, élan vital
Influido por DesplegarKant, Spinoza, Schopenhauer, Simmel, Herbert Spencer, William James, Jules Lachelier, Félix Ravaisson, Descartes, Malebranche, Maine de Biran, Berkeley
Influyó a Desplegar André Suarès, Marcel Proust, Vladimir Jankélévitch, Jacques Maritain, Edouard Le Roy, Alfred North Whitehead, Maurice Merleau-Ponty, Jean Guitton, Emmanuel Lévinas, Gilles Deleuze, Alexis Philonenko
Henri-Louis Bergson o Henri Bergson (n. 18 de octubre de 1859, en París, Francia - 4 de enero de 1941, Auteuil) fue un escritor y filósofo francés, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1927.
Vida
Hijo de un músico judío y de una mujer irlandesa, se educó en el Liceo Condorcet y la École Normale Supérieure, donde estudió filosofía. Después de una carrera docente como maestro en varias escuelas secundarias, Bergson fue designado para la École Normale Supérieure en 1898 y, desde 1900 hasta 1921, ostentó la cátedra de filosofía en el Collège de France. En 1914 fue elegido para la Academia Francesa; de 1921 a 1926 fue presidente de la Comisión de Cooperación Intelectual de la Sociedad de Naciones. Poco antes de su muerte en 1941, Bergson expresó de varias maneras su oposición al régimen de Vichy.
El bagaje británico de Bergson explica la profunda influencia que Spencer, Mill y Darwin ejercieron en él durante su juventud, pero su propia filosofía es en gran medida una reacción en contra de sus sistemas racionalistas.[1]
Dispensado de inscribirse en el registro en el que debían constar todos los judíos (era famoso y estaba muy enfermo) se presentó personalmente: “quise permanecer entre aquellos que mañana serán perseguidos”.
Antecedentes de su filosofía El espiritualismo y el vitalismo. A principios del s. XX se produce una fuerte reacción ante el positivismo, con el fin de establecer la irreductibilidad del ser humano a la naturaleza. Encontrar ciertos ámbitos (valores estéticos y mentales, la libertad, el finalismo) que constituyen el ‘mundo del espíritu’ y hallar caminos, que sean distintos a los de las ciencias naturales, hacia esos ámbitos. Estos hechos también son reales. Puntos centrales de reafirmación:
La filosofía no puede ser absorbida por la ciencia: tiene problemas y procedimientos distintos.
La especificidad del hombre: interioridad (incluyendo a la memoria), libertad, conciencia, reflexión.
Necesidad de un método propio que escuche la voz de la conciencia.
Hay que investigar los límites del saber científico.
La naturaleza está determinada por un designio finalista y providencial.
Los temas principales de estudio son Dios y el ser humano, como ser libre y responsable, que se crea a sí mismo y, al hacerlo, crea el sentido de las cosas.
Fue un gran fenómeno europeo, cuya culminación se dio en Francia: Ravaisson, los Boutroux (padre e hijo Émile y Pierre Boutroux -Émile fue profesor de Bergson-) , Blondel y Bergson. Los derechos de la conciencia y los derechos inalienables de la persona. Hay problemas urgentes a los que no responden las ciencias particulares y que necesitan una respuesta racional.
Obra
Henri Bergson en 1910.Los datos inmediatos de la conciencia: La conciencia es un tiempo que se distiende o dura: Esto significaría a la libertad y entonces resulta en una crítica a los planteamientos mecanicistas y cientistas (Se observa el influjo de pensadores literarios como, por ejemplo, Antonio Machado).
Materia y memoria: considera dos tipos de memoria: la memoria técnica (o constructiva), que se basa en la repetición y hábitos motores. La memoria vital, que revive un acontecimiento pasado en su originalidad única. Constituye el fondo de nuestro ser (Bergson para estudiar a la memoria comienza por estudiar a los materiales no orgánicos que tienen capacidad de recuperar algunos aspectos pristinos tras haber sido alterados).
La risa: lo cómico (el estudio que hace Bergson del fenómeno de la risa es magistral en cuanto su psicología: el ser humano suele reirse de lo que (inconscientemente) se le presenta como una deformación o caricatura de sí mismo = un fantoche o un payaso nos hacen reir porque son representaciones deformes hasta el grado de cosa de lo que somos nosotros mismos, es decir; Bergson entiende que la risa es una proyección y una descarga de tensión emotiva ante algo que nos representa.
Introducción a la metafísica: qué entiende por filosofía.
La evolución creadora: la distinción entre lo orgánico y lo inorgánico. el repaso de las teorías evolutivas y su proposición. La conciencia se impone a la materia, la duración como trazo de union.
La energía espiritual: la vida, la conciencia, la memoria, el élan vital.
Duración y simultaneidad: la relatividad y la naturaleza del tiempo, la cuarta dimensión. Discusión acerca de la teoría de la relatividad de Einstein. Diferenciar su sentido físico (lectura genial de las ecuaciones de Lorentz) de su sentido filosófico.
Las dos fuentes de la moral y de la religión: estudio de la moral y de la religión. Ámbitos que no había considerado suficientemente.
El pensamiento y lo moviente: Por qué los sistemas filosóficos no han tratado el tiempo. La percepción del cambio. La filosofía y las ciencias.
Es el filósofo francés más importante de su época. Su filosofía fue un fenómeno de moda. Estudió matemática y mecánica, además de filosofía. Con Bergson se produce el paso del siglo XIX al XX: su vida y el sentido de su filosofía pertenecen al s. XX. Supone un momento de transición: superación del positivismo para plantear una nueva filosofía y metafísica, un intuicionismo. Los principios del siglo XX se caracterizaron por el dominio del racionalismo positivista: afán de rigor y objetividad. Limitar el conocimiento, el contenido de la inteligencia y de la vida. Lo real es lo susceptible de conocimiento positivo.
Ambiente empequeñecedor y asfixiante. Anhelo de espiritualidad. A la hegemonía de lo externo, mecánico y necesario se opone la filosofía de la vida: derechos de lo interior, lo dinámico, espontáneo y libre.
Inconmensurabilidad y singularidad de la vida. Momento histórico en el que la psicología se constituye como ciencia positiva. Se establecen dos mundos:
1.El espacio: lo estable y necesario, la materia, exterior, útil y nivel de las ciencias naturales.
2.El tiempo: lo dinámico y espontáneo, la vida, experiencia interna, la filosofía. Aquí está el constitutivo de la realidad, que sólo se conoce desde dentro, en el contacto inmediato e intuitivo. Limitar las pretensiones del intelecto y hacer posible la filosofía. Su objetivo fue la defensa de la creatividad y la irreductibilidad de la conciencia o espíritu (en francés la palabra sprit es decir "espíritu" suele usarse para designar a algo más material: la conciencia) contra todo intento reduccionista de cuño positivista.
Fuentes de su pensamiento: recuperar determinadas dimensiones de la conciencia, perdidas por el idealismo: sentimiento inmediato de las cosas y de uno mismo. Formación positivista: Darwin (1859. El origen de las especies) y Spencer, de él toma el evolucionismo y su noción de inteligencia, pero lo depura de sus rasgos naturalistas y positivistas, la evolución -y con ella la vida, y sobre todo la vida humana- es para Bergson una inversión de materia en el tiempo hacia lo superior. Bergson también tiene influencias de Kant y los neokantianos e influencias de la tradición personalista francesa, Maine de Biran: radicalidad de la persona y el espíritu, libertad, análisis de la vida interior, la conciencia y la experiencia interior vistas como conocimientos superiores.
Características de su pensamiento
1.Uso de imágenes y metáforas.
2.Precisión en el lenguaje. Uso abundante de dicotomías que es paralelo a la denuncia de las falsas dualidades.
3.Concepción muy personal de la filosofía: evitar las abstracciones y las generalizaciones, que no alcanzan la realidad.
Su punto de partida es la filosofía de Spencer (1820-1903). Muy interesado en la mecánica, trabajó como ingeniero en los ferrocarriles. Luego estudió geología y biología. Antes que Darwin, planteó una interpretación de la realidad basada en el principio de la evolución. Rebatió a Comte y su clasificación de las ciencias. Toda la realidad está sometida a la evolución, que es la manifestación de lo incognoscible o "fuerza" (élan vital). Su supuesto es la conservación de la materia y de la energía. Es un proceso mecánico, no finalista, que para él es la más concreta, pero percibe que es obligación de la filosofía ir al fondo de las ideas básicas de la mecánica: el tiempo. La mecánica trata el tiempo de un modo matemático, espacialmente, como un receptáculo vacío y homogéneo que forma una línea; éste no es el tiempo real, el tiempo real es (en la opinión de Bergson) una pura duración[2] que se capta en la experiencia interna. La mecánica no comprende el tiempo, pues lo concibe según el modo de ser del espacio; además hace imposible el movimiento, pues lo divide en unidades cuya entidad es completa en sí misma.[3]
La filosofía tiene que hacerse cargo de ese tiempo real y para ello recurre a la intuición, como conciencia inmediata o percepción directa de la realidad, que no usa simbolizaciones, aunque no puede prescindir del lenguaje.
El positivismo y las ciencias no mantienen su compromiso de fidelidad con los hechos, pues el tiempo de la experiencia concreta escapa a la mecánica, que trata el tiempo como una serie de instantes, uno junto a otro; un tiempo espacializado y reversible (se puede dar marcha atrás y repetir el experimento); los instantes son externos e iguales: Tiempo isocrónico de Newton. Pero el tiempo de la conciencia no es así, su rasgo básico es la duración: el yo vive el presente con el recuerdo del pasado y la anticipación del futuro, 'que sólo existen en la conciencia que los unifica. Los instantes valen de diferente modo, un momento penetra en otro y queda ligado a él. Es inútil ir a la búsqueda del tiempo perdido: no hay reversibilidad del tiempo. El tiempo es nuevo a cada instante y requiere un método específico.
Obras destacadas [editar]Essai sur les données inmédiates de la conscience/ Ensayo sobre los datos inmediatos de la conciencia. (1889)
Le Rire/ La risa. (1899)
Matière et mémoire/ Materia y memoria. (1896)
L'évolution créatrice / La evolución creadora. (1907)
L'Énergie spirituelle / La energía espiritual. (1919)
Les deux sources de la morale et de la religion / Las dos fuentes de la moral y de la religión. (1932).
Véase también [editar]Marcel Proust
Sociedad abierta
Theilard de Chardin
Henri-Louis Bergson
Filósofo francés Henri Bergson (1859-1941)
Nacimiento 18 de octubre de 1859, en París, Francia
Fallecimiento 4 de enero de 1941, París (81 años)
Época Época moderna
Región Filosofía occidental
Escuela Espiritualismo francés
Intereses Metafísica, epistemología, filosofía del lenguaje, filosofía de la matemática
Ideas
notables Tiempo, intuición, élan vital
Influido por DesplegarKant, Spinoza, Schopenhauer, Simmel, Herbert Spencer, William James, Jules Lachelier, Félix Ravaisson, Descartes, Malebranche, Maine de Biran, Berkeley
Influyó a Desplegar André Suarès, Marcel Proust, Vladimir Jankélévitch, Jacques Maritain, Edouard Le Roy, Alfred North Whitehead, Maurice Merleau-Ponty, Jean Guitton, Emmanuel Lévinas, Gilles Deleuze, Alexis Philonenko
Henri-Louis Bergson o Henri Bergson (n. 18 de octubre de 1859, en París, Francia - 4 de enero de 1941, Auteuil) fue un escritor y filósofo francés, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1927.
Vida
Hijo de un músico judío y de una mujer irlandesa, se educó en el Liceo Condorcet y la École Normale Supérieure, donde estudió filosofía. Después de una carrera docente como maestro en varias escuelas secundarias, Bergson fue designado para la École Normale Supérieure en 1898 y, desde 1900 hasta 1921, ostentó la cátedra de filosofía en el Collège de France. En 1914 fue elegido para la Academia Francesa; de 1921 a 1926 fue presidente de la Comisión de Cooperación Intelectual de la Sociedad de Naciones. Poco antes de su muerte en 1941, Bergson expresó de varias maneras su oposición al régimen de Vichy.
El bagaje británico de Bergson explica la profunda influencia que Spencer, Mill y Darwin ejercieron en él durante su juventud, pero su propia filosofía es en gran medida una reacción en contra de sus sistemas racionalistas.[1]
Dispensado de inscribirse en el registro en el que debían constar todos los judíos (era famoso y estaba muy enfermo) se presentó personalmente: “quise permanecer entre aquellos que mañana serán perseguidos”.
Antecedentes de su filosofía El espiritualismo y el vitalismo. A principios del s. XX se produce una fuerte reacción ante el positivismo, con el fin de establecer la irreductibilidad del ser humano a la naturaleza. Encontrar ciertos ámbitos (valores estéticos y mentales, la libertad, el finalismo) que constituyen el ‘mundo del espíritu’ y hallar caminos, que sean distintos a los de las ciencias naturales, hacia esos ámbitos. Estos hechos también son reales. Puntos centrales de reafirmación:
La filosofía no puede ser absorbida por la ciencia: tiene problemas y procedimientos distintos.
La especificidad del hombre: interioridad (incluyendo a la memoria), libertad, conciencia, reflexión.
Necesidad de un método propio que escuche la voz de la conciencia.
Hay que investigar los límites del saber científico.
La naturaleza está determinada por un designio finalista y providencial.
Los temas principales de estudio son Dios y el ser humano, como ser libre y responsable, que se crea a sí mismo y, al hacerlo, crea el sentido de las cosas.
Fue un gran fenómeno europeo, cuya culminación se dio en Francia: Ravaisson, los Boutroux (padre e hijo Émile y Pierre Boutroux -Émile fue profesor de Bergson-) , Blondel y Bergson. Los derechos de la conciencia y los derechos inalienables de la persona. Hay problemas urgentes a los que no responden las ciencias particulares y que necesitan una respuesta racional.
Obra
Henri Bergson en 1910.Los datos inmediatos de la conciencia: La conciencia es un tiempo que se distiende o dura: Esto significaría a la libertad y entonces resulta en una crítica a los planteamientos mecanicistas y cientistas (Se observa el influjo de pensadores literarios como, por ejemplo, Antonio Machado).
Materia y memoria: considera dos tipos de memoria: la memoria técnica (o constructiva), que se basa en la repetición y hábitos motores. La memoria vital, que revive un acontecimiento pasado en su originalidad única. Constituye el fondo de nuestro ser (Bergson para estudiar a la memoria comienza por estudiar a los materiales no orgánicos que tienen capacidad de recuperar algunos aspectos pristinos tras haber sido alterados).
La risa: lo cómico (el estudio que hace Bergson del fenómeno de la risa es magistral en cuanto su psicología: el ser humano suele reirse de lo que (inconscientemente) se le presenta como una deformación o caricatura de sí mismo = un fantoche o un payaso nos hacen reir porque son representaciones deformes hasta el grado de cosa de lo que somos nosotros mismos, es decir; Bergson entiende que la risa es una proyección y una descarga de tensión emotiva ante algo que nos representa.
Introducción a la metafísica: qué entiende por filosofía.
La evolución creadora: la distinción entre lo orgánico y lo inorgánico. el repaso de las teorías evolutivas y su proposición. La conciencia se impone a la materia, la duración como trazo de union.
La energía espiritual: la vida, la conciencia, la memoria, el élan vital.
Duración y simultaneidad: la relatividad y la naturaleza del tiempo, la cuarta dimensión. Discusión acerca de la teoría de la relatividad de Einstein. Diferenciar su sentido físico (lectura genial de las ecuaciones de Lorentz) de su sentido filosófico.
Las dos fuentes de la moral y de la religión: estudio de la moral y de la religión. Ámbitos que no había considerado suficientemente.
El pensamiento y lo moviente: Por qué los sistemas filosóficos no han tratado el tiempo. La percepción del cambio. La filosofía y las ciencias.
Es el filósofo francés más importante de su época. Su filosofía fue un fenómeno de moda. Estudió matemática y mecánica, además de filosofía. Con Bergson se produce el paso del siglo XIX al XX: su vida y el sentido de su filosofía pertenecen al s. XX. Supone un momento de transición: superación del positivismo para plantear una nueva filosofía y metafísica, un intuicionismo. Los principios del siglo XX se caracterizaron por el dominio del racionalismo positivista: afán de rigor y objetividad. Limitar el conocimiento, el contenido de la inteligencia y de la vida. Lo real es lo susceptible de conocimiento positivo.
Ambiente empequeñecedor y asfixiante. Anhelo de espiritualidad. A la hegemonía de lo externo, mecánico y necesario se opone la filosofía de la vida: derechos de lo interior, lo dinámico, espontáneo y libre.
Inconmensurabilidad y singularidad de la vida. Momento histórico en el que la psicología se constituye como ciencia positiva. Se establecen dos mundos:
1.El espacio: lo estable y necesario, la materia, exterior, útil y nivel de las ciencias naturales.
2.El tiempo: lo dinámico y espontáneo, la vida, experiencia interna, la filosofía. Aquí está el constitutivo de la realidad, que sólo se conoce desde dentro, en el contacto inmediato e intuitivo. Limitar las pretensiones del intelecto y hacer posible la filosofía. Su objetivo fue la defensa de la creatividad y la irreductibilidad de la conciencia o espíritu (en francés la palabra sprit es decir "espíritu" suele usarse para designar a algo más material: la conciencia) contra todo intento reduccionista de cuño positivista.
Fuentes de su pensamiento: recuperar determinadas dimensiones de la conciencia, perdidas por el idealismo: sentimiento inmediato de las cosas y de uno mismo. Formación positivista: Darwin (1859. El origen de las especies) y Spencer, de él toma el evolucionismo y su noción de inteligencia, pero lo depura de sus rasgos naturalistas y positivistas, la evolución -y con ella la vida, y sobre todo la vida humana- es para Bergson una inversión de materia en el tiempo hacia lo superior. Bergson también tiene influencias de Kant y los neokantianos e influencias de la tradición personalista francesa, Maine de Biran: radicalidad de la persona y el espíritu, libertad, análisis de la vida interior, la conciencia y la experiencia interior vistas como conocimientos superiores.
Características de su pensamiento
1.Uso de imágenes y metáforas.
2.Precisión en el lenguaje. Uso abundante de dicotomías que es paralelo a la denuncia de las falsas dualidades.
3.Concepción muy personal de la filosofía: evitar las abstracciones y las generalizaciones, que no alcanzan la realidad.
Su punto de partida es la filosofía de Spencer (1820-1903). Muy interesado en la mecánica, trabajó como ingeniero en los ferrocarriles. Luego estudió geología y biología. Antes que Darwin, planteó una interpretación de la realidad basada en el principio de la evolución. Rebatió a Comte y su clasificación de las ciencias. Toda la realidad está sometida a la evolución, que es la manifestación de lo incognoscible o "fuerza" (élan vital). Su supuesto es la conservación de la materia y de la energía. Es un proceso mecánico, no finalista, que para él es la más concreta, pero percibe que es obligación de la filosofía ir al fondo de las ideas básicas de la mecánica: el tiempo. La mecánica trata el tiempo de un modo matemático, espacialmente, como un receptáculo vacío y homogéneo que forma una línea; éste no es el tiempo real, el tiempo real es (en la opinión de Bergson) una pura duración[2] que se capta en la experiencia interna. La mecánica no comprende el tiempo, pues lo concibe según el modo de ser del espacio; además hace imposible el movimiento, pues lo divide en unidades cuya entidad es completa en sí misma.[3]
La filosofía tiene que hacerse cargo de ese tiempo real y para ello recurre a la intuición, como conciencia inmediata o percepción directa de la realidad, que no usa simbolizaciones, aunque no puede prescindir del lenguaje.
El positivismo y las ciencias no mantienen su compromiso de fidelidad con los hechos, pues el tiempo de la experiencia concreta escapa a la mecánica, que trata el tiempo como una serie de instantes, uno junto a otro; un tiempo espacializado y reversible (se puede dar marcha atrás y repetir el experimento); los instantes son externos e iguales: Tiempo isocrónico de Newton. Pero el tiempo de la conciencia no es así, su rasgo básico es la duración: el yo vive el presente con el recuerdo del pasado y la anticipación del futuro, 'que sólo existen en la conciencia que los unifica. Los instantes valen de diferente modo, un momento penetra en otro y queda ligado a él. Es inútil ir a la búsqueda del tiempo perdido: no hay reversibilidad del tiempo. El tiempo es nuevo a cada instante y requiere un método específico.
Obras destacadas [editar]Essai sur les données inmédiates de la conscience/ Ensayo sobre los datos inmediatos de la conciencia. (1889)
Le Rire/ La risa. (1899)
Matière et mémoire/ Materia y memoria. (1896)
L'évolution créatrice / La evolución creadora. (1907)
L'Énergie spirituelle / La energía espiritual. (1919)
Les deux sources de la morale et de la religion / Las dos fuentes de la moral y de la religión. (1932).
Véase también [editar]Marcel Proust
Sociedad abierta
Theilard de Chardin
Invitat- Invitat
Re: Comprender la mente humana para replicarla
"Ecaliuà" ... o com s'escrigui.
... trenquem una llança pel cervell, que ens fa de filtre. T'imagines quina abrumació, quina bogeria col·lectiva, sense aquesta contenció de la percepció ???
... trenquem una llança pel cervell, que ens fa de filtre. T'imagines quina abrumació, quina bogeria col·lectiva, sense aquesta contenció de la percepció ???
Re: Comprender la mente humana para replicarla
Interessant el Bergson, ara que m'he llegit més detingudament l'exposició.
No havia sentit mai aquesta corrent filosòfica del "Intuicionisme"
No havia sentit mai aquesta corrent filosòfica del "Intuicionisme"
Re: Comprender la mente humana para replicarla
Fixat si és sàvia la Naturalesa, què fins i tot és capaç de posar-nos aquests filtres, què de no tenir-los, potser ens tornariem bojos. No descarto, però, què un dia la Humanitat estarà preparada per prescindir d'ells.
Benaventurats, els què tenim el do de la intuició.
Benaventurats, els què tenim el do de la intuició.
Invitat- Invitat
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