Tornen a tirar a terra el toro d'Osborne del Bruc

La tanca publicitària és l'última que queda a Catalunya i ha estat motiu d'atacs continuats. Fa tot just un any, una iniciativa privada la va tornar a posar en peus




El toro d'Osborne del Bruc, l'última que queda a Catalunya, ha tornat a caure aquesta matinada. La tanca publicitària, que es pot veure des de l'autopista A-2, ha aparegut aquest matí doblegada a terra, sostinguda només pel suport de les potes. Aquest és un dels molts atacs que ha patit el toro d'Osborne, que ha estat abatut nombroses vegades, a més d'aparèixer pintat de vaca, entre d'altres sabotatges comesos. El primer cop que el van tirar a terra va ser el 12 d'octubre del 2002.
Aquest nou atac contra el toro arriba pocs dies després que el jutjat penal número 10 de Barcelona hagi condemnat a una pena de multa de 192 euros els dos joves que el juliol del 2008 van intentar aterrar l’estructura del toro Osborne del Bruc. També arriba dues setmanes abans que Maulets, la CUP i altres organitzacions celebrin, el 7 de març, una marxa reivindicativa al mateix municipi del Bruc.
L'agost del 2007, un grup autodenominat Germandat Catalana la Bandera Negra va reivindicar l'acció de tirar a terra el toro per "netejar" la silueta de la "sagrada muntanya de Montserrat" de la "immundícia cornuda espanyola que pretenia embrutar-la".
Encara no fa un any, el 17 de maig del 2008, un ferrer de Masquefa, ajudat per deu persones més, va alçar el toro per iniciativa pròpia, tot i que finalment l'empresa de licors li va pagar el cost de l'acció.

El último toro de Osborne en Cataluña levanta ampollas entre los vecinos


ATLAS. 07.03.2009

La pasada semana un grupo independentista catalán había derribado el último toro de Osborne que quedaba en Cataluña. No era la primera vez que lo hacen, como tampoco es la primera vez que un grupo de vecinos del municipio de El Bruc levanta la estatua.

La polémica está servida. Los mismos grupos independentistas que derribaron el toro han celebrado la mañana de este sábado una concentración para reclamar la desaparición de la simbología española en Cataluña. Nunca antes un morlaco despertó tanta polémica. Ya lo han echado al suelo cuatro veces, la última, el 25 de febrero.

A uno de los jóvenes le han condenado a una multa de 192 euros por intentar tirarlo, en julio del año pasado. Este sábado, algunas asociaciones independentistas se han concentrado en solidaridad con los dos condenados. Y contra la vuelta del toro.

Los otros, los de 'sí al toro', aseguran que el animal no entiende de colores políticos, es solamente un elemento decorativo. La empresa Osborne dice que a su logo no lo torea nadie. Y ya piensa en volver a subirlo al horizonte de la A2.


http://www.20minutos.es/noticia/455308/0/toro/osborne/cataluna/

Si només fos un anunci ningú el tiraria a terra, ni ningú l'aixecaria de nou.

Pobrecito Torito, con lo bien que quedaria en mi jardin para poder hacerle un columpio con los cuernos a mis nietos.
Alguien me podria decir si cabria en una maceta los cojoncitos de dicho morlaco.
Si es que hay que aprovecharlo todo.
Y si todo ello no se puede hacer, que prueben de mandarlo a la fundición, mas que nada para que salgan toritos tipo llaveros para que los fachas se los puedan colgar de sus cojones, huy que eh dicho, que falta de respeto para la madre que los pario, al ganado me refiero, a los otros no.
Recuerdos
Santma

tots son iguals de fachas , uns i d'altres..

UNA FIESTA CATALANA


Por ANDRÉS AMORÓS

Hace unos meses, los aficionados que asistían a una corrida en Barcelona, presenciaron un espectáculo insólito, en el paseíllo: un matador desfilaba llevando en la cabeza, en lugar de la montera,una barretina.

Ese matador de toros se llama Serafín Marín y es catalán. Su gesto tenía una intención muy clara:mostrar que la Tauromaquia es una fiesta catalana. Al margen de los gustos personales, los hechos están ahí y son irrefutables. Ante todo, en la historia:la costumbre de correr toros bravos está atestiguada en Fraga y en Barcelona por lo menos desde finesdel siglo XIV, bajo el reinado de Juan I.

En muchas ciudades y pueblos catalanes ha existido una auténtica pasión por la fiesta popular del«corre-bou». En Olot, por ejemplo, lo atestigua el cronista Joaquim Danés i Torras.En Cardona conviven, en la arena, el torero vestido de luces con los mozos y mozas: un verdadero resumen de toda la evolución histórica de la Tauromaquia. En 1988, a pesar de la prohibición, por la lllamada Ley de Protección de los Animales, de hacer corridas en plazas portátiles, el pueblo exigió el toro de muerte y el alcalde lo autorizó, sin el menor incidente.

¿Puede extrañarnos todo esto? En absoluto. Es de sobra conocida la tradición de los juegos con el toro que se extiende a lo largo de todo el Mediterráneo; hace poco, una preciosa Exposición, en el Museo de Historia de la Ciudad de Barcelona, lo ha mostrado, una vez más, con datos científicos inatacables. Como es lógico, estas fiestas taurinas han dado lugar a una literatura popular, en lengua catalana,
transmitida tradicionalmente. Baste con un ejemplo. En Vic, en el siglo XIX, se cantaba esta copla:

«Aixó es l´entrada bovina/que el Xora capitaneja/i la canalla toreja/al toro amb sa barretina».

(«Ésta es la entrada bovina/que el Xora capitanea/y la canalla torea/al toro con su barretina»).

Muy pocas ciudades españolas han podido presumir, como Barcelona, de tener, a la vez, dos hermosas plazas. La Monumental era una auténtica plaza de temporada, con corridas todos los domingos y muchos jueves, de marzo a noviembre, además de las de Feria. No han faltado ganaderos en Cataluña: por ejemplo, los de la zona de Tortosa, que proporcionan reses a los «corre-bous»: hoy mismo, Caridad Cobaleda.

¿Cabe olvidar la importancia de diestros catalanes como Mario Cabré, Chamaco, Clavel, Enrique Patón o Bernadó?

Muchas grandes figuras han sido ídolos, en Cataluña: allí toman la alternativa Sánchez Mejías, en 1919, y Domingo Ortega, en 1931. En Barcelona toreó 127 corridas Marcial Lalanda, más que en Madrid o en cualquier otra Plaza. En época más reciente, han sido ídolos de Barcelona, entre otros, Arruza, Luis Miguel, Manolo Vázquez,
Aparicio, César Girón, Paco Camino, el Viti, Paquirri... Últimamente, José Tomás.

Muy pocos empresarios taurinos -sí alguno- pueden compararse con don Pedro Balañá, que hizo de Barcelona una de las más importantes Plazas del mundo. Entre los escritores taurinos, basta con recordar a Néstor Luján, que sabía disfrutar de muchas cosas buenas de la vida. Por eso vio en la Fiesta «la belleza estremecida por la caricia de la muerte» y se enamoró de un espectáculo «único, impar, suntuoso y extraño».

En pintura recordemos sólo la pasión taurina de Picasso, que tantas veces se identifica a sí mismo con el mítico Minotauro o con el toro, ese animal noble y feroz que no puede evitar herir al que ama... Esa pasión sólo es comparable a la de Goya: para los dos, desde el exilio francés, la Tauromaquia es el vínculo con las raíces más hondas de su patria, al margen de los políticos que entonces gobiernen.

No falta hoy tampoco la afición taurina en esa tierra. No hay en Madrid o Sevilla, por ejemplo, algo como la multitudinaria Nit de Gala de la Tauromaquia catalana, organizada por la Federació d´Entitats Taurines de Catalunya.

Acabo de leer un excelente libro de un catalán, Salvador Balil Fargas, editado en Barcelona, miembro de una familia catalana apasionada por los toros desde hace cuatro generaciones, que reflexiona sobre el concepto de la Tauromaquia a partir de «Los sueños de Pedro Romero». Hasta algunos políticos nacionalistas aportan testimonios interesantes. Jordi Pujol declaró que «quería ser el presidente de quienes son aficionados a los toros y de quienes no lo son». El 5 de septiembre de 1988, Pasqual Maragall, como alcalde, impuso la Medalla de Oro al Mérito Artístico de Barcelona al torero catalán Joaquín Bernadó.

Los que conocemos y amamos esa ciudad sabemos bien la afición de muchos catalanes -no de todos, como cualquier sitio- por el teatro, el flamenco, la música clásica, la ópera o los toros. Es lo propio de una ciudad abierta a la cultura mediterránea, que no debe cerrarse con prejuicios provincianos. ¿De dónde surge, entonces, el problema? Un periodista le preguntó una vez a Ramón Pérez de Ayala,
embajador de la República española en Londres, si no desaparecerían alguna vez los toros. El escritor asturiano, uno de los más importantes intelectuales de su tiempo, contestó rotundamente: «Nunca. Los toros no pueden morir. Moriría España». Quizá eso es lo que algunos pretenden.

http://www.almendron.com/politica/pdf/2004/spain/spain_1669.pdf

Pues yocreo que a todos y sobretodo a todas nos gustaria más un anuncio con..............

Las tradicions bàrbares s'han d'erradicar de la civilitzaciò



Mes val triar simbols més adients amb la civilitzaciò. Apart de que a Catalunya no ens agrada ni com a símbol ni com a res.

La "Fiesta Nacional" es avui en dia una salvatjada

Qualsevol "festa" en la que pateixi una bestiola és una salvatjada i no s'ha de permetre. Ni tradicions ni nassos, que per alguna cosa ha de servir el ser una mica més civilitzats.

Que es faci una festa a partit del sufriment d'un animal, es una bestiessa que hi ha que erradicar, sigui el corre bous, els toros o la cacera de la guineu...
ja es hora d'evolucionar..i aquest es un indicatiu de que no ho fem el suficient

Sinuhé escrigué:Qualsevol "festa" en la que pateixi una bestiola és una salvatjada i no s'ha de permetre. Ni tradicions ni nassos, que per alguna cosa ha de servir el ser una mica més civilitzats.

No conec a ningú que estigui en contra del toros i que estigui a favor dels correbous.

No en recordo cap, però tampoc té el mateix ressó la "festa nacional" que la festa d'un poble. I amb això, repeteixo, no vull pas dir que una sigui dolenta i l'altra bona, sinó que totes dues s'han d'acabar.

Si, i jo puc creure que l'únic que pretens és barrejar els correbous amb el toros per així defensar la "festa nacional". I que el patir dels animals se te'n refot.

Si a més de fer patir un animal, és una festa espanyola, doncs si, li dona un toc que encara ho fa més lleig.