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En este ensayo se describe brevemente la historia de las Ciencias y la separación que nos ha llevado a la hiperespecializacion ciega, y a la pérdida del saber complejo. Asimismo, se analiza la propuesta de Edgar Morin, acerca del pensamiento complejo, tomando algunos conceptos aplicados a la problemática de la educación y la formación de seres humanos. Volver al origen, como planteamiento en el que nos repensamos como seres humanos, con la capacidad para transformar nuestras perspectivas del mundo a través de la educación. Por Joaquín Barragán.
De esta manera, si conservamos y descubrimos
nuevos archipiélagos de certeza, debemos saber que
navegamos en un océano de incertidumbre.
Edgar Morin, 2002
Introducción
Para los que reconocemos la realidad del mundo en el siglo XXI, los días que vivimos en peligro, no es precisamente el título de una película sino el encabezado de los titulares de los periódicos de nuestro planeta día a día. Peligro medioambiental, peligro de guerra, peligro de caos social, animales en peligro de extinción, peligro de extinción del ser humano. Todo esto parece exageración dirían los que no gustan de las malas noticias. Y sin embargo, estamos frente a un escenario posible aunque no deseable, el que estemos al borde de una crisis planetaria.
Afortunadamente, en el pensamiento complejo siempre existe la posibilidad de que dicha crisis represente también una oportunidad y esta oportunidad aplicada a la educación, se encuentra en la propuesta de Edgar Morin. El pensamiento complejo significa volver al origen, donde la capacidad de maravillarse no era la excepción a la regla, es volver al origen con sabiduría acumulada, lista para ser usada de forma autocrítica, sin vendas, en beneficio del todo y de las partes. En este caso, la idea de lo sagrado que aborda Nicolescu –analizando lo que dijo Mircea Eliade en una entrevista–, nos ayuda a comprender la idea planteada anteriormente: Lo sagrado no implica creer en Dios, dioses o espíritus. Es la experiencia de una realidad, la fuente de la conciencia de la existencia en el mundo. Lo sagrado es primeramente una experiencia; es transmitido por un sentimiento –el sentimiento religioso – de aquello que une seres y cosas, y en consecuencia induce, en lo más, profundo del ser humano, al respeto absoluto por los otros, a quien él o ella está ligado por compartir una vida en común y una misma Tierra. (2)
En la primera parte del ensayo se describe brevemente la historia de las Ciencias y la separación que nos ha llevado a la hiperespecialización ciega y a la pérdida del saber complejo. En la segunda parte, se analiza la propuesta de Edgar Morin y el pensamiento complejo, tomando algunos conceptos básicos del mismo. Se expone la experiencia personal en la enseñanza de Los siete saberes necesarios para la educación del futuro.
Por último, se hace una ampliación de la propuesta de Morin sobre la creación de una Facultad de los problemas de la globalización, como nodo donde converjan tanto el análisis transdisciplinario como el interdisciplinario en la creación de alternativas para el desarrollo humano.
La ciencia desgajada
La creación de conocimiento siempre ha sido humana; no hay conocimiento sino conocimientos, sin embargo, las visiones dominantes del mismo son las que han guiado el destino de la humanidad. Wallerstein, menciona que el mundo del saber en el medioevo occidental fue, antes que todo, un mundo de clérigos.(3) Lo bueno, lo bello y lo verdadero tenían en el clero a sus líderes de opinión. En los siglos XV y XVI, se insistió en la, posibilidad de que cada individuo accediera sin autoridad a la verdad y lo bueno.(4) En el siglo XVII, los filósofos acceden al derecho de opinar sobre los mismos temas que el clero, sin embargo, el conocimiento solo pasó de una elite a otra.
En el siglo XVIII, los cuestionamientos vienen de quienes se denominaron científicos, diferenciándose de los filósofos en la medida en que a éstos sólo les interesaba la búsqueda de la verdad. Con ello se da la separación y el surgimiento dos culturas del conocimiento: la cultura filosófica, humanista, y la cultura científica natural.(5) El conocimiento, en su acelerada carrera en pos de la especialización, ha perdido el carácter de conocimiento complejo y ha negado la extensión de puentes de entendimiento entre las dos culturas. Por lo tanto, como Morin lo plantea: una educación para una cabeza bien puesta, que ponga fin a la desunión entre las dos culturas, la volvería apta para responder a los formidables desafíos de la globalidad.(6)
Gran parte de las cosas que están en la actualidad, son la consecuencia de la simplificación del conocimiento, de su forma cerrada.
Tenemos hoy posibilidad de producir una reforma del pensamiento tal y como lo plantean Edgar Morin por un lado, y por el otro, Wallerstein y la Comisión Gulbenkian:(7) una propuesta coherente con la realidad que vivimos, es la del pensamiento complejo.
De esta manera, si conservamos y descubrimos
nuevos archipiélagos de certeza, debemos saber que
navegamos en un océano de incertidumbre.
Edgar Morin, 2002
Introducción
Para los que reconocemos la realidad del mundo en el siglo XXI, los días que vivimos en peligro, no es precisamente el título de una película sino el encabezado de los titulares de los periódicos de nuestro planeta día a día. Peligro medioambiental, peligro de guerra, peligro de caos social, animales en peligro de extinción, peligro de extinción del ser humano. Todo esto parece exageración dirían los que no gustan de las malas noticias. Y sin embargo, estamos frente a un escenario posible aunque no deseable, el que estemos al borde de una crisis planetaria.
Afortunadamente, en el pensamiento complejo siempre existe la posibilidad de que dicha crisis represente también una oportunidad y esta oportunidad aplicada a la educación, se encuentra en la propuesta de Edgar Morin. El pensamiento complejo significa volver al origen, donde la capacidad de maravillarse no era la excepción a la regla, es volver al origen con sabiduría acumulada, lista para ser usada de forma autocrítica, sin vendas, en beneficio del todo y de las partes. En este caso, la idea de lo sagrado que aborda Nicolescu –analizando lo que dijo Mircea Eliade en una entrevista–, nos ayuda a comprender la idea planteada anteriormente: Lo sagrado no implica creer en Dios, dioses o espíritus. Es la experiencia de una realidad, la fuente de la conciencia de la existencia en el mundo. Lo sagrado es primeramente una experiencia; es transmitido por un sentimiento –el sentimiento religioso – de aquello que une seres y cosas, y en consecuencia induce, en lo más, profundo del ser humano, al respeto absoluto por los otros, a quien él o ella está ligado por compartir una vida en común y una misma Tierra. (2)
En la primera parte del ensayo se describe brevemente la historia de las Ciencias y la separación que nos ha llevado a la hiperespecialización ciega y a la pérdida del saber complejo. En la segunda parte, se analiza la propuesta de Edgar Morin y el pensamiento complejo, tomando algunos conceptos básicos del mismo. Se expone la experiencia personal en la enseñanza de Los siete saberes necesarios para la educación del futuro.
Por último, se hace una ampliación de la propuesta de Morin sobre la creación de una Facultad de los problemas de la globalización, como nodo donde converjan tanto el análisis transdisciplinario como el interdisciplinario en la creación de alternativas para el desarrollo humano.
La ciencia desgajada
La creación de conocimiento siempre ha sido humana; no hay conocimiento sino conocimientos, sin embargo, las visiones dominantes del mismo son las que han guiado el destino de la humanidad. Wallerstein, menciona que el mundo del saber en el medioevo occidental fue, antes que todo, un mundo de clérigos.(3) Lo bueno, lo bello y lo verdadero tenían en el clero a sus líderes de opinión. En los siglos XV y XVI, se insistió en la, posibilidad de que cada individuo accediera sin autoridad a la verdad y lo bueno.(4) En el siglo XVII, los filósofos acceden al derecho de opinar sobre los mismos temas que el clero, sin embargo, el conocimiento solo pasó de una elite a otra.
En el siglo XVIII, los cuestionamientos vienen de quienes se denominaron científicos, diferenciándose de los filósofos en la medida en que a éstos sólo les interesaba la búsqueda de la verdad. Con ello se da la separación y el surgimiento dos culturas del conocimiento: la cultura filosófica, humanista, y la cultura científica natural.(5) El conocimiento, en su acelerada carrera en pos de la especialización, ha perdido el carácter de conocimiento complejo y ha negado la extensión de puentes de entendimiento entre las dos culturas. Por lo tanto, como Morin lo plantea: una educación para una cabeza bien puesta, que ponga fin a la desunión entre las dos culturas, la volvería apta para responder a los formidables desafíos de la globalidad.(6)
Gran parte de las cosas que están en la actualidad, son la consecuencia de la simplificación del conocimiento, de su forma cerrada.
Tenemos hoy posibilidad de producir una reforma del pensamiento tal y como lo plantean Edgar Morin por un lado, y por el otro, Wallerstein y la Comisión Gulbenkian:(7) una propuesta coherente con la realidad que vivimos, es la del pensamiento complejo.
Panter- Nombre de missatges : 2858
Fecha de inscripción : 12/05/2010
Re: Volver al origen
Del pensamiento complejo a la acción docente
El pensamiento complejo consta de todo un núcleo que guía la forma en que accedemos al conocimiento, aceptando que, como conocimiento en sí mismo, está expuesto al error.
Morin, dice: un conocimiento no es el espejo de las cosas o del mundo exterior.(9) Este reconocimiento del error es ya en sí mismo una aceptación honesta y un alejamiento de las ortodoxias del mundo del saber. El conocimiento es humano, no es perfecto pero si perfectible.
El ser humano desde que usa el concepto de antropocentrismo como rector de su destino, se ha vuelto egoísta y la memoria, fuente irreemplazable de verdad, queda sujeta a errores e ilusiones. La causa profunda del error no está en el error de hecho (falsa percepción), ni en el error lógico (incoherencia), sino en el modo de organización de nuestro saber en sistemas de ideas (teorías, ideologías).(10) Aquí, el pensamiento complejo supera al reduccionismo, argumentando que el planteamiento de leyes universales, a partir de sistemas de ideas organizados de forma doctrinaria, incurre en errores que tiene como causa el conocimiento cerrado Por ejemplo, Nicolescu en un cuadro comparativo entre el conocimiento disciplinario y el conocimiento transdisciplinario, el primero parte de un solo nivel de la realidad, el de sus propias perspectivas, apegado a una lógica binaria y del mundo de lo externo-objetivo, orientado hacia el poder y la posesión.(11)
Así vemos que las leyes universales planteadas por Galileo, funcionan sólo en ciertos aspectos de la realidad, sin embargo junto con lo propuesto René Descartes y por Isaac Newton-, ha guiado la creación de conocimiento durante siglos: lo comprobable, lo verificable, lo replicable, entre muchos otros calificativos que comprueban la veracidad, la certidumbre del conocimiento expuesto.
Una de los aportes del pensamiento complejo, es la diferencia que establece entre racionalidad y racionalización. La verdadera racionalidad, abierta por naturaleza, dialoga con una realidad que se le resiste.(12)
La racionalización no está abierta al diálogo, ni a la retroalimentación continua frente a la realidad que se le presenta cambiante y avasalladora día a día. En cambio, la racionalidad se enfrenta al error. Por ello, Morin propone el principio de la incertidumbre racional: si no mantiene su vigilante autocrítica, la racionalidad se arriesga permanentemente a caer en la ilusión racionalizadora; es decir que la verdadera racionalidad no es solamente teórica ni crítica sino también autocrítica(13).
Todo conocimiento o análisis de la realidad que no está dispuesto a la autocrítica, es un conocimiento doctrinario. Precisamente, para evitar lo anterior, Morin en su último tomo de El método, plantea lo siguiente : el ejercicio permanente de la autoobservación suscita una nueva conciencia de sí que nos permite descentrarnos en relación a nosotros mismos, por tanto reconocer nuestro egocentrismo y tomar la medida de nuestras carencias, nuestras lagunas, nuestras debilidades. Pero incluso ésta, nunca suficiente ante la incertidumbre de conocer lo que somos completamente, por ello abunda diciendo que: la introspección no podría ser insular. Necesita, repitámoslo, ser completada con el examen del prójimo y el propio en un auto-heteroexamen. Debe confortarse a la mirada amiga y a la mirada inamistosa. Por ello, la autocrítica no es sustituida por la crítica procedente del prójimo, la invita.(14)
Entonces, la racionalización niega al conocimiento la posibilidad de reformarse. Es la herencia de un conocimiento cerrado y la causa de los fundamentalismos. La racionalización consiste en querer encerrar la realidad dentro de un sistema coherente. Y todo aquello que contradice, en la realidad, a ese sistema coherente, es descartado, olvidado.(15)
Por ejemplo, los humanos nacemos en contextos donde hay paradigmas que nos conducen a través de la vida. Las decisiones son guiadas por los paradigmas que aprendemos y guardamos en una caja fuerte cerebral. El problema no son los paradigmas, sino que el ser humano se vuelve aprehensivo con ellos. Vemos la realidad caótica que acecha y, sin embargo, no cambiamos: ¡Cuántos sufrimientos y desorientaciones se han causado por los errores y las ilusiones a lo largo de la historia humana y de manera aterradora en el siglo XX! Igualmente, el problema cognitivo tiene importancia antropológica, política, social e histórica. Si pudiera haber un progreso básico en el siglo XXI sería que, ni los hombres ni las mujeres siguieran siendo juguetes inconscientes de sus ideas y de sus propias mentiras.(16)
No existe forma alguna de argumentar contra esto, la realidad cruenta nos lo presenta día a día; muchos expertos califican al siglo XX como el más sangriento de la historia de la humanidad.(17) La problemática con la que nos enfrentamos, ha rebasado por mucho lo que especialistas esperaban, en paradigmas como el desarrollismo, por ejemplo,(18) que no han logrado solucionar cuestiones de importancia vital como la pobreza, debido precisamente a que no se ha atendido, ni entendido, la complejidad del problema, y así, su sustituta, la globalización neoliberal ha acelerado el proceso.
Como menciona Gustavo Esteva el cuerpo no enterrado del desarrollo toda clase de pestes han comenzado a esparcirse.(19) Tan sólo en México, mas del cincuenta por ciento de los habitantes del país son pobres, debido en gran medida a la gran desigualdad en los ingresos, la décima parte más rica de la población gana más del cuarenta por ciento de los ingresos totales, mientras la décima parte mas pobre solo obtiene 1.1 por ciento.(20)
continua...
El pensamiento complejo consta de todo un núcleo que guía la forma en que accedemos al conocimiento, aceptando que, como conocimiento en sí mismo, está expuesto al error.
Morin, dice: un conocimiento no es el espejo de las cosas o del mundo exterior.(9) Este reconocimiento del error es ya en sí mismo una aceptación honesta y un alejamiento de las ortodoxias del mundo del saber. El conocimiento es humano, no es perfecto pero si perfectible.
El ser humano desde que usa el concepto de antropocentrismo como rector de su destino, se ha vuelto egoísta y la memoria, fuente irreemplazable de verdad, queda sujeta a errores e ilusiones. La causa profunda del error no está en el error de hecho (falsa percepción), ni en el error lógico (incoherencia), sino en el modo de organización de nuestro saber en sistemas de ideas (teorías, ideologías).(10) Aquí, el pensamiento complejo supera al reduccionismo, argumentando que el planteamiento de leyes universales, a partir de sistemas de ideas organizados de forma doctrinaria, incurre en errores que tiene como causa el conocimiento cerrado Por ejemplo, Nicolescu en un cuadro comparativo entre el conocimiento disciplinario y el conocimiento transdisciplinario, el primero parte de un solo nivel de la realidad, el de sus propias perspectivas, apegado a una lógica binaria y del mundo de lo externo-objetivo, orientado hacia el poder y la posesión.(11)
Así vemos que las leyes universales planteadas por Galileo, funcionan sólo en ciertos aspectos de la realidad, sin embargo junto con lo propuesto René Descartes y por Isaac Newton-, ha guiado la creación de conocimiento durante siglos: lo comprobable, lo verificable, lo replicable, entre muchos otros calificativos que comprueban la veracidad, la certidumbre del conocimiento expuesto.
Una de los aportes del pensamiento complejo, es la diferencia que establece entre racionalidad y racionalización. La verdadera racionalidad, abierta por naturaleza, dialoga con una realidad que se le resiste.(12)
La racionalización no está abierta al diálogo, ni a la retroalimentación continua frente a la realidad que se le presenta cambiante y avasalladora día a día. En cambio, la racionalidad se enfrenta al error. Por ello, Morin propone el principio de la incertidumbre racional: si no mantiene su vigilante autocrítica, la racionalidad se arriesga permanentemente a caer en la ilusión racionalizadora; es decir que la verdadera racionalidad no es solamente teórica ni crítica sino también autocrítica(13).
Todo conocimiento o análisis de la realidad que no está dispuesto a la autocrítica, es un conocimiento doctrinario. Precisamente, para evitar lo anterior, Morin en su último tomo de El método, plantea lo siguiente : el ejercicio permanente de la autoobservación suscita una nueva conciencia de sí que nos permite descentrarnos en relación a nosotros mismos, por tanto reconocer nuestro egocentrismo y tomar la medida de nuestras carencias, nuestras lagunas, nuestras debilidades. Pero incluso ésta, nunca suficiente ante la incertidumbre de conocer lo que somos completamente, por ello abunda diciendo que: la introspección no podría ser insular. Necesita, repitámoslo, ser completada con el examen del prójimo y el propio en un auto-heteroexamen. Debe confortarse a la mirada amiga y a la mirada inamistosa. Por ello, la autocrítica no es sustituida por la crítica procedente del prójimo, la invita.(14)
Entonces, la racionalización niega al conocimiento la posibilidad de reformarse. Es la herencia de un conocimiento cerrado y la causa de los fundamentalismos. La racionalización consiste en querer encerrar la realidad dentro de un sistema coherente. Y todo aquello que contradice, en la realidad, a ese sistema coherente, es descartado, olvidado.(15)
Por ejemplo, los humanos nacemos en contextos donde hay paradigmas que nos conducen a través de la vida. Las decisiones son guiadas por los paradigmas que aprendemos y guardamos en una caja fuerte cerebral. El problema no son los paradigmas, sino que el ser humano se vuelve aprehensivo con ellos. Vemos la realidad caótica que acecha y, sin embargo, no cambiamos: ¡Cuántos sufrimientos y desorientaciones se han causado por los errores y las ilusiones a lo largo de la historia humana y de manera aterradora en el siglo XX! Igualmente, el problema cognitivo tiene importancia antropológica, política, social e histórica. Si pudiera haber un progreso básico en el siglo XXI sería que, ni los hombres ni las mujeres siguieran siendo juguetes inconscientes de sus ideas y de sus propias mentiras.(16)
No existe forma alguna de argumentar contra esto, la realidad cruenta nos lo presenta día a día; muchos expertos califican al siglo XX como el más sangriento de la historia de la humanidad.(17) La problemática con la que nos enfrentamos, ha rebasado por mucho lo que especialistas esperaban, en paradigmas como el desarrollismo, por ejemplo,(18) que no han logrado solucionar cuestiones de importancia vital como la pobreza, debido precisamente a que no se ha atendido, ni entendido, la complejidad del problema, y así, su sustituta, la globalización neoliberal ha acelerado el proceso.
Como menciona Gustavo Esteva el cuerpo no enterrado del desarrollo toda clase de pestes han comenzado a esparcirse.(19) Tan sólo en México, mas del cincuenta por ciento de los habitantes del país son pobres, debido en gran medida a la gran desigualdad en los ingresos, la décima parte más rica de la población gana más del cuarenta por ciento de los ingresos totales, mientras la décima parte mas pobre solo obtiene 1.1 por ciento.(20)
continua...
Panter- Nombre de missatges : 2858
Fecha de inscripción : 12/05/2010
Re: Volver al origen
Con la caída del muro de Berlín y el fin de la Unión Soviética, tanto actores políticos-económicos, como intelectuales, voceros del status quo, declararon el triunfo del capitalismo con el avance de la globalización, bajo la tutela de la nueva economía. La democracia y el libre mercado parecían ser la solución a todo. El fin de la historia se entronizaba ignorando cualquier crítica al sistema capitalista internacional; por ejemplo, Francis Fukuyama afirmaba que lo que estamos presenciando no es solamente el fin de la guerra fría, o el pasaje a un período particular de la historia de la posguerra, sino el fin de la historia como tal: eso es, el fin de la evolución ideológica de la humanidad y la universalización de la democracia liberal occidental como forma final del gobierno humano”.(21)
Por ello, la propuesta de análisis en el pensamiento complejo, se esfuerza por transmitir una nueva perspectiva del mundo, donde los opuestos no siempre estén en oposición, encontrando espacios de discusión y análisis de lo multidimensional, lo global y lo complejo. Lo transdisciplinario significa indisciplinario, Morin sabe que el pensamiento complejo reta la organización burocrática del conocimiento, y suele aplicársele el calificativo de no científico porque no corresponde al modelo de lo que se reconoce como científico en el mundo de la creación de conocimiento.(22)
Las posibilidades de aplicación de los enfoques del pensamiento complejo y transdisciplinario son mayores que las dificultades. Aún en espacios de pensamiento y reflexión cerrados al conocimiento y su creación, existe la posibilidad de aprovechamiento de lo complejo. La experiencia personal, me ha enseñado que la motivación es un paso fundamental para llevar al alumno al análisis complejo. Una de estas experiencias, la tuve con dos grupos universitarios, uno de la Licenciatura en Psicología Social y, otro, de la Licenciatura en Educación. En ambos impartía la materia de Antropología Filosófica, donde uno de los temas centrales era la situación actual del ser humano.
Así, tuve la oportunidad de involucrarlos en el análisis del tema, utilizando el texto Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. Por un lado, los jóvenes no parecían no interesarse mucho en los temas de la antropología filosófica, porque no veían qué aplicación práctica podía tener. Por otro lado, estaba obligado por normatividad a impartir las clases con textos clásicos, sin la oportunidad de alternarlos con textos actualizados sobre la condición del ser humano. La situación no era la mejor ni para la transmisión de conocimiento ni para la creación del mismo.
Aún con lo anterior en nuestra contra pudimos dar lectura y reflexión al texto ayudándonos con la exposición de temas como hominización, desarrollo sustentable, pobreza en el mundo, foro social mundial, guerras, globalización y como última reflexión, el tema del futuro de la humanidad con el planteamiento de escenarios que iban desde el catastrófico, hasta los posibles y deseables. Si bien la parte teórica fue difícil al principio, gracias a la forma parcelada de cómo aprendemos y analizamos al mundo; sin embargo, poco a poco con el planteamiento de ejemplos complejos, fueron entendiendo la necesidad de reformar nuestro pensamiento.
Una de las dificultades que encontré, es que los jóvenes universitarios carecen de la información necesaria para conocer y comprender el mundo en el que viven. De hecho, algunos se sentían frustrados por esa falta de acceso a la información que les provoca una ceguera forzada, sin opción a intervención quirúrgica. La curiosidad y la creatividad se encuentran latentes en estos jóvenes, falta el método adecuado. Éste, como lo menciona Morin al citar a Machado, es un camino que se hace al andar.
No faltan ganas de aprender, ni falta de curiosidad, el problema es el afán institucional en educar a lo jóvenes para una época diferente, e incluso, inexistente a la que se enfrentan en el mundo real. Y aunque la racionalización y el poco tiempo fueron también enemigos a vencer, en algunos la semilla quedo bien sembrada.
Esa apertura al conocimiento que en algún momento consideraron ajeno, les quitó una venda de los ojos, pues en los esquemas tradicionales los etiquetan de aprendices (sin capacidad de creación) y no les ayudan a construir ese puente que los lleva al diálogo con otras disciplinas, a la inteligencia general, al planteamiento de alternativas y a la comprensión de sí mismos y, con ello a la comprensión del mundo, de su unidad-diversidad que reconozca tanto un origen como un futuro común. Por ello, la institución universitaria debe fungir no sólo como transmisora de conocimientos sino como creadora de los mismos, no sólo por parte de los profesores sino de los alumnos y de todo aquél dispuesto a la reflexión compleja.
Por ello, la propuesta de análisis en el pensamiento complejo, se esfuerza por transmitir una nueva perspectiva del mundo, donde los opuestos no siempre estén en oposición, encontrando espacios de discusión y análisis de lo multidimensional, lo global y lo complejo. Lo transdisciplinario significa indisciplinario, Morin sabe que el pensamiento complejo reta la organización burocrática del conocimiento, y suele aplicársele el calificativo de no científico porque no corresponde al modelo de lo que se reconoce como científico en el mundo de la creación de conocimiento.(22)
Las posibilidades de aplicación de los enfoques del pensamiento complejo y transdisciplinario son mayores que las dificultades. Aún en espacios de pensamiento y reflexión cerrados al conocimiento y su creación, existe la posibilidad de aprovechamiento de lo complejo. La experiencia personal, me ha enseñado que la motivación es un paso fundamental para llevar al alumno al análisis complejo. Una de estas experiencias, la tuve con dos grupos universitarios, uno de la Licenciatura en Psicología Social y, otro, de la Licenciatura en Educación. En ambos impartía la materia de Antropología Filosófica, donde uno de los temas centrales era la situación actual del ser humano.
Así, tuve la oportunidad de involucrarlos en el análisis del tema, utilizando el texto Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. Por un lado, los jóvenes no parecían no interesarse mucho en los temas de la antropología filosófica, porque no veían qué aplicación práctica podía tener. Por otro lado, estaba obligado por normatividad a impartir las clases con textos clásicos, sin la oportunidad de alternarlos con textos actualizados sobre la condición del ser humano. La situación no era la mejor ni para la transmisión de conocimiento ni para la creación del mismo.
Aún con lo anterior en nuestra contra pudimos dar lectura y reflexión al texto ayudándonos con la exposición de temas como hominización, desarrollo sustentable, pobreza en el mundo, foro social mundial, guerras, globalización y como última reflexión, el tema del futuro de la humanidad con el planteamiento de escenarios que iban desde el catastrófico, hasta los posibles y deseables. Si bien la parte teórica fue difícil al principio, gracias a la forma parcelada de cómo aprendemos y analizamos al mundo; sin embargo, poco a poco con el planteamiento de ejemplos complejos, fueron entendiendo la necesidad de reformar nuestro pensamiento.
Una de las dificultades que encontré, es que los jóvenes universitarios carecen de la información necesaria para conocer y comprender el mundo en el que viven. De hecho, algunos se sentían frustrados por esa falta de acceso a la información que les provoca una ceguera forzada, sin opción a intervención quirúrgica. La curiosidad y la creatividad se encuentran latentes en estos jóvenes, falta el método adecuado. Éste, como lo menciona Morin al citar a Machado, es un camino que se hace al andar.
No faltan ganas de aprender, ni falta de curiosidad, el problema es el afán institucional en educar a lo jóvenes para una época diferente, e incluso, inexistente a la que se enfrentan en el mundo real. Y aunque la racionalización y el poco tiempo fueron también enemigos a vencer, en algunos la semilla quedo bien sembrada.
Esa apertura al conocimiento que en algún momento consideraron ajeno, les quitó una venda de los ojos, pues en los esquemas tradicionales los etiquetan de aprendices (sin capacidad de creación) y no les ayudan a construir ese puente que los lleva al diálogo con otras disciplinas, a la inteligencia general, al planteamiento de alternativas y a la comprensión de sí mismos y, con ello a la comprensión del mundo, de su unidad-diversidad que reconozca tanto un origen como un futuro común. Por ello, la institución universitaria debe fungir no sólo como transmisora de conocimientos sino como creadora de los mismos, no sólo por parte de los profesores sino de los alumnos y de todo aquél dispuesto a la reflexión compleja.
Panter- Nombre de missatges : 2858
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Re: Volver al origen
Nicolescu argumenta que: aprender a saber significa primero que todo, entrenamiento en los métodos que nos ayudan a distinguir lo que es real de lo que es ilusorio y tener acceso inteligente al conocimiento fabuloso de nuestra época. En este contexto, el espíritu científico, uno de los más grandes jamás logrados en la aventura humana, es indispensable. No es la asimilación de una masa enorme de conocimiento científico la que nos da acceso al espíritu científico, sino la calidad de lo que es enseñado. Y aquí calidad significa guiar al estudiante al corazón de la mirada científica que radica en la pregunta permanente en relación a la resistencia a los hechos, las imágenes, las representaciones y las formalizaciones.(23)
Lo anterior está fundamentado en la visión-misión de una multiversidad que versa así: La creación y recreación de conocimiento pertinente que permite aproximarse con sabiduría a las problemáticas y desafíos de la especie humana, en el espacio personal, local, nacional y planetario. Tenemos la obligación de educar jóvenes líderes preactivos, con la capacidad de tomar decisiones enfocadas en el cambio y en el aprovechamiento de la incertidumbre. Como menciona Ervin Lazlo, en una época de transición salen a la superficie, en profusión, ideas y valores nuevos, inicialmente pequeños y débiles. Pero una vez que han emergido, algunos de entre ellos muestran una disposición a nuclearse, se apoderan de la imaginación de vastas capas de la población y cambian los modos dominantes de pensar y actuar.(24)
¿Nos encontramos en esa época? definitivamente sí. Qué mejor fundamento para una reforma del sistema educativo que la misma necesidad de cambio, en un sistema regido por la hipercompetencia y el egoísmo. La oportunidad de formar nuevos ciudadanos, mujeres y hombres, conscientes tanto de sus derechos como de sus obligaciones, es una prioridad para los educadores del pensamiento complejo. Y aquí no sólo hacemos referencia a los derechos humanos, sino también, a los derechos económicos, a los derechos medio-ambientales, al derecho a la información, al derecho a un presente y un futuro digno. La educación debe contribuir a la autoformación de la persona (aprender y asumir la condición humana, aprender a vivir) y a que aprenda a convertirse en un ciudadano. (25)
En este mismo tenor, Humberto Maturana argumenta: debemos ser responsables de nuestros actos, conscientes de que con ellos vivimos la creación cotidiana del mundo que vivimos;26 Es decir, saber que nuestras acciones tienen consecuencias sobre otros seres humanos. No es coincidencia que ya algunas empresas líderes en su ramo como Daimler-Chrysler, esté incorporando a su equipo directivo en el nivel más alto a filósofos, psicólogos, antropólogos y sociólogos, es decir humanistas.(27)
Estos cambios, va de la mano con las declaraciones de George Soros, Warren Buffet, Paul Krugman, Joseph Stiglitz y últimamente Francis Fukuyama que afirman que la globalización actual requiere un rostro más humano.(28) Son actores que reconocen que el stablishment que tanto apoyaron durante la década de 1990, no ha dado resultados positivos. Lo cual nos dice que necesitamos seres humanos tomando las decisiones vitales para la supervivencia del planeta. Hay un reconocimiento implícito de la complejidad.
Hoy existe la posibilidad de crear una cultura de la complejidad que se extienda más allá de los círculos académicos-estudiantiles, ciudadanos conscientes de su condición humana y transmisores de ella a su comunidad, una acción local que se vuelva global, que se enriquezca con la experiencia que cada individuo obtenga con la complejidad. Y es la educación, la que va más allá de la teoría y de la práctica de la complejidad, es la experiencia que, de lo consciente, pasa al plano de la transmisión cultural. Es volver al origen (en parte), donde la experiencia compleja era parte de la herencia-sapiencia del ser humano. Es la apertura que nos lleva a una aceptación de lo desconocido, lo inesperado y lo impredecible.(29)
La globalización multidimensional
Una de las propuestas con las que concuerdo firmemente en La cabeza bien puesta, de Morin, es la creación de una Facultad para los problemas de la globalización. Ésta no es sólo necesaria, sino vital para el desarrollo tanto de profesores como de alumnos. No es un secreto que uno de los temas más discutidos y controversiales de las últimas dos décadas ha sido el de la globalización. En el discurso académico, político, económico y mediático que suelen apoyar la tendencia de la globalización actual, existe cierta unidad y homogeneidad en un punto, algunos como Ignacio Ramonet (30) le llaman el pensamiento único; sin embargo, en el mundo del pensamiento crítico parece que no nos ponemos de acuerdo sobre que es la globalización y cómo funciona. Algunos autores como Morin y Wallerstein,(31) mantienes posiciones unificadas, precisamente porque trabajan desde una postura inter y transdisciplinaria.
Aquí, la cuestión no es la diversidad de opiniones, sino que esta diversidad proviene de la hiperespecialización y no de la transdiscisplinariedad. Con ello no queremos decir que el trabajo de corte transdisciplinario elimine la diversidad, sino que aporta una amplitud de espectro, que nos lleva a plantear alternativas complejas y no únicamente críticas. Como argumenta Nicolescu: el propósito principal es entender el mundo de hoy, en el cual uno de los imperativos es la unidad del conocimiento. En la transdisciplina se genera una dinámica donde interactúan varios niveles de realidad al mismo tiempo, en la disciplina es sólo un nivel de la realidad. En la transdisciplina hay un nuevo tipo de conocimiento donde existe una correspondencia entre el mundo exterior (del objeto) y el mundo interior (del sujeto).(32)
La globalización es transdisciplinaria, por lo tanto, necesita análisis del mismo corte y desde miradas no parceladas por la hiperespecialización. Si analizamos tanto el concepto de transdisciplinariedad como el ilimitado rango de temas que se abordan bajo la mirada de la globalización, nos podemos dar cuenta de la aseveración anterior. El prefijo trans se refiere a lo que simultáneamente es entre las disciplinas a través de las diferentes disciplinas y más allá de toda disciplina.(33) Así, la globalización que incluye temas en relación con lo socio-cultural, con lo religioso, lo tecnológico, lo militar, lo económico-político, lo medioambiental, entre otros, tendrá un espacio de análisis, donde todos estos temas no se analicen e investiguen por separado, con una visión disciplinar, pluridisciplinar, interdisciplinar y transdisciplinar, que según el argumento de Nicolescu: son las cuatro flechas de un sólo y mismo arco: el del conocimiento. (34)
continua...
Lo anterior está fundamentado en la visión-misión de una multiversidad que versa así: La creación y recreación de conocimiento pertinente que permite aproximarse con sabiduría a las problemáticas y desafíos de la especie humana, en el espacio personal, local, nacional y planetario. Tenemos la obligación de educar jóvenes líderes preactivos, con la capacidad de tomar decisiones enfocadas en el cambio y en el aprovechamiento de la incertidumbre. Como menciona Ervin Lazlo, en una época de transición salen a la superficie, en profusión, ideas y valores nuevos, inicialmente pequeños y débiles. Pero una vez que han emergido, algunos de entre ellos muestran una disposición a nuclearse, se apoderan de la imaginación de vastas capas de la población y cambian los modos dominantes de pensar y actuar.(24)
¿Nos encontramos en esa época? definitivamente sí. Qué mejor fundamento para una reforma del sistema educativo que la misma necesidad de cambio, en un sistema regido por la hipercompetencia y el egoísmo. La oportunidad de formar nuevos ciudadanos, mujeres y hombres, conscientes tanto de sus derechos como de sus obligaciones, es una prioridad para los educadores del pensamiento complejo. Y aquí no sólo hacemos referencia a los derechos humanos, sino también, a los derechos económicos, a los derechos medio-ambientales, al derecho a la información, al derecho a un presente y un futuro digno. La educación debe contribuir a la autoformación de la persona (aprender y asumir la condición humana, aprender a vivir) y a que aprenda a convertirse en un ciudadano. (25)
En este mismo tenor, Humberto Maturana argumenta: debemos ser responsables de nuestros actos, conscientes de que con ellos vivimos la creación cotidiana del mundo que vivimos;26 Es decir, saber que nuestras acciones tienen consecuencias sobre otros seres humanos. No es coincidencia que ya algunas empresas líderes en su ramo como Daimler-Chrysler, esté incorporando a su equipo directivo en el nivel más alto a filósofos, psicólogos, antropólogos y sociólogos, es decir humanistas.(27)
Estos cambios, va de la mano con las declaraciones de George Soros, Warren Buffet, Paul Krugman, Joseph Stiglitz y últimamente Francis Fukuyama que afirman que la globalización actual requiere un rostro más humano.(28) Son actores que reconocen que el stablishment que tanto apoyaron durante la década de 1990, no ha dado resultados positivos. Lo cual nos dice que necesitamos seres humanos tomando las decisiones vitales para la supervivencia del planeta. Hay un reconocimiento implícito de la complejidad.
Hoy existe la posibilidad de crear una cultura de la complejidad que se extienda más allá de los círculos académicos-estudiantiles, ciudadanos conscientes de su condición humana y transmisores de ella a su comunidad, una acción local que se vuelva global, que se enriquezca con la experiencia que cada individuo obtenga con la complejidad. Y es la educación, la que va más allá de la teoría y de la práctica de la complejidad, es la experiencia que, de lo consciente, pasa al plano de la transmisión cultural. Es volver al origen (en parte), donde la experiencia compleja era parte de la herencia-sapiencia del ser humano. Es la apertura que nos lleva a una aceptación de lo desconocido, lo inesperado y lo impredecible.(29)
La globalización multidimensional
Una de las propuestas con las que concuerdo firmemente en La cabeza bien puesta, de Morin, es la creación de una Facultad para los problemas de la globalización. Ésta no es sólo necesaria, sino vital para el desarrollo tanto de profesores como de alumnos. No es un secreto que uno de los temas más discutidos y controversiales de las últimas dos décadas ha sido el de la globalización. En el discurso académico, político, económico y mediático que suelen apoyar la tendencia de la globalización actual, existe cierta unidad y homogeneidad en un punto, algunos como Ignacio Ramonet (30) le llaman el pensamiento único; sin embargo, en el mundo del pensamiento crítico parece que no nos ponemos de acuerdo sobre que es la globalización y cómo funciona. Algunos autores como Morin y Wallerstein,(31) mantienes posiciones unificadas, precisamente porque trabajan desde una postura inter y transdisciplinaria.
Aquí, la cuestión no es la diversidad de opiniones, sino que esta diversidad proviene de la hiperespecialización y no de la transdiscisplinariedad. Con ello no queremos decir que el trabajo de corte transdisciplinario elimine la diversidad, sino que aporta una amplitud de espectro, que nos lleva a plantear alternativas complejas y no únicamente críticas. Como argumenta Nicolescu: el propósito principal es entender el mundo de hoy, en el cual uno de los imperativos es la unidad del conocimiento. En la transdisciplina se genera una dinámica donde interactúan varios niveles de realidad al mismo tiempo, en la disciplina es sólo un nivel de la realidad. En la transdisciplina hay un nuevo tipo de conocimiento donde existe una correspondencia entre el mundo exterior (del objeto) y el mundo interior (del sujeto).(32)
La globalización es transdisciplinaria, por lo tanto, necesita análisis del mismo corte y desde miradas no parceladas por la hiperespecialización. Si analizamos tanto el concepto de transdisciplinariedad como el ilimitado rango de temas que se abordan bajo la mirada de la globalización, nos podemos dar cuenta de la aseveración anterior. El prefijo trans se refiere a lo que simultáneamente es entre las disciplinas a través de las diferentes disciplinas y más allá de toda disciplina.(33) Así, la globalización que incluye temas en relación con lo socio-cultural, con lo religioso, lo tecnológico, lo militar, lo económico-político, lo medioambiental, entre otros, tendrá un espacio de análisis, donde todos estos temas no se analicen e investiguen por separado, con una visión disciplinar, pluridisciplinar, interdisciplinar y transdisciplinar, que según el argumento de Nicolescu: son las cuatro flechas de un sólo y mismo arco: el del conocimiento. (34)
continua...
Panter- Nombre de missatges : 2858
Fecha de inscripción : 12/05/2010
Re: Volver al origen
En esta Facultad, se deberán implementar talleres donde se analicen las diversas corrientes y autores que abordan la globalización, desde aquellos que la promueven y le dan sostén a la globalización neoliberal, hasta los que impulsan un movimiento altermundista. Ello, precisamente para conocer los planteamientos de la diversidad de corrientes. Una sección importante del mismo, sería la de investigación para el desarrollo humano en la globalización, en la que se busquen, por ejemplo, alternativas de desarrollo e inversión, con un esquema mixto público-privado-social. Es decir, sin polarizar los esquemas, ya sea hacia el neoliberalismo y la privatización sin reglas, o hacia el nacionalismo y la cerrazón proteccionista. Y donde se analice, la posibilidad de esquemas de participación de los trabajadores.
Con ello, se podrían establecer bases para políticas públicas en el desarrollo nacional, tomando en cuenta no sólo la tendencia del sistema inter-nacional, sino también las necesidades locales-nacionales. No podemos seguir importando modelos de desarrollo sin tomar en cuenta nuestro propio contexto.
Tales alternativas, se deberán establecer dentro de un marco incluyente, que contenga las finalidades terrestres: conservadora y revolucionaria. La primera, implica la supervivencia de la humanidad a través de la salvaguarda de las diversidades culturales y naturales; la segunda, conlleva crear las condiciones para que lo anterior se cumpla.(35) La búsqueda de una globalización con rostro humano donde estas finalidades tengan cabida, donde la modernidad de la liberación vaya un paso delante de la modernidad de la tecnología.(36) En este mismo tenor, Morin señala, que el subdesarrollo de los desarrollados aumenta precisamente con su desarrollo tecno-económico.(37)
Los seres humanos hemos vivido cegados por la pasión por el dinero, los lujos, los últimos avances en la tecnología. Y en ese camino hemos creado tecnología que trae consigo su propio accidente: energía atómica transformada en genocidio, grandes fábricas que externalizan sus costos mediante desechos industriales, millones de automóviles que contaminan con hidrocarburos, contribuyendo al sobrecalentamiento de la tierra.
También, en esta Facultad, se establecería un taller-seminario transdisciplinario e interdisciplinario para el análisis complejo del discurso del globalismo. Necesitamos no sólo un análisis del discurso de la globalización más profundo, sino también un análisis del discurso en la globalización, y del discurso en globalización. Hablamos por un lado del discurso desde el poder (ya globalizado), seguido del discurso utilizado por los seres humanos en la era global (transmitido por el consumo cultural) y por último del discurso en vías de globalizarse (el de los movimientos altermundistas).
Para ello, el análisis multidimensional será fundamental, porque deja al descubierto mucho de lo que se niega en los estudios que se califican como seriamente académicos, el mundo de las pasiones que se involucran en las decisiones, ¿no es acaso el principio fundamental del capitalismo global actual, la acumulación incesante de capital, en parte derivado de una pasión llamada ambición confundida con otra pasión llamada libertad?
¿No existen también contradicciones en un sistema capitalista que se apoya en un régimen democrático, que con la proclamación de la libertad completa del dinero, restringe la libertad del ser humano en su sentido más amplio, reconocida por sus valores democráticos, como el respeto a los derechos humanos? No se trata de calificar un modelo como benéfico o no, sino de encontrar la perspectiva que se ha perdido en los análisis sesgados, que impiden por un lado el entendimiento del mundo en el que vivimos y por el otro, la creación de alternativas favorables para desarrollo humano.
Los discursos están llenos de múltiples significados, el apego a tal o cual corriente ideológica, tiene que ver en parte con rasgos heredados de nuestros primeros nutrimentos culturales, se forman en la sociedad, en la universidad, en los secretos compartidos, en las rivalidades, en las amistades, en los negocios, en la empatía, en el odio; si se analizaran discurso por discurso de los grandes líderes del mundo, podríamos, en parte, descifrar las pasiones y las relaciones comprometidas, que llevan algunos a guiarse a través de decisiones cerradas racionalizadas, pero no racionales.
Los conflictos internacionales, interétnicos, religiosos; las relaciones bilaterales, multilaterales; la paz, la guerra; todo está regido por múltiples dimensiones, pero también por la certidumbre que desemboca en incertidumbre, el caos y el orden se funden y se confunden, por ello los seres humanos tenemos normas para todo, porque el caos nos neurotiza y creemos que nuestras decisiones deben ser simplificadas porque no soportamos todo lo que se relacione con lo complejo. Sin embargo, la excesiva simplificación, nos ha llevado a mayor complejificación. Los problemas de la globalización son tan multidimensionales como lo son sus discursos. Immanuel Wallerstein menciona sobre el discurso de los líderes del mundo El tono suele ser de superioridad, intimidatorio y arrogante, pero las políticas se presentan siempre como si reflejaran valores y verdades universales.(38)
Con ello, se podrían establecer bases para políticas públicas en el desarrollo nacional, tomando en cuenta no sólo la tendencia del sistema inter-nacional, sino también las necesidades locales-nacionales. No podemos seguir importando modelos de desarrollo sin tomar en cuenta nuestro propio contexto.
Tales alternativas, se deberán establecer dentro de un marco incluyente, que contenga las finalidades terrestres: conservadora y revolucionaria. La primera, implica la supervivencia de la humanidad a través de la salvaguarda de las diversidades culturales y naturales; la segunda, conlleva crear las condiciones para que lo anterior se cumpla.(35) La búsqueda de una globalización con rostro humano donde estas finalidades tengan cabida, donde la modernidad de la liberación vaya un paso delante de la modernidad de la tecnología.(36) En este mismo tenor, Morin señala, que el subdesarrollo de los desarrollados aumenta precisamente con su desarrollo tecno-económico.(37)
Los seres humanos hemos vivido cegados por la pasión por el dinero, los lujos, los últimos avances en la tecnología. Y en ese camino hemos creado tecnología que trae consigo su propio accidente: energía atómica transformada en genocidio, grandes fábricas que externalizan sus costos mediante desechos industriales, millones de automóviles que contaminan con hidrocarburos, contribuyendo al sobrecalentamiento de la tierra.
También, en esta Facultad, se establecería un taller-seminario transdisciplinario e interdisciplinario para el análisis complejo del discurso del globalismo. Necesitamos no sólo un análisis del discurso de la globalización más profundo, sino también un análisis del discurso en la globalización, y del discurso en globalización. Hablamos por un lado del discurso desde el poder (ya globalizado), seguido del discurso utilizado por los seres humanos en la era global (transmitido por el consumo cultural) y por último del discurso en vías de globalizarse (el de los movimientos altermundistas).
Para ello, el análisis multidimensional será fundamental, porque deja al descubierto mucho de lo que se niega en los estudios que se califican como seriamente académicos, el mundo de las pasiones que se involucran en las decisiones, ¿no es acaso el principio fundamental del capitalismo global actual, la acumulación incesante de capital, en parte derivado de una pasión llamada ambición confundida con otra pasión llamada libertad?
¿No existen también contradicciones en un sistema capitalista que se apoya en un régimen democrático, que con la proclamación de la libertad completa del dinero, restringe la libertad del ser humano en su sentido más amplio, reconocida por sus valores democráticos, como el respeto a los derechos humanos? No se trata de calificar un modelo como benéfico o no, sino de encontrar la perspectiva que se ha perdido en los análisis sesgados, que impiden por un lado el entendimiento del mundo en el que vivimos y por el otro, la creación de alternativas favorables para desarrollo humano.
Los discursos están llenos de múltiples significados, el apego a tal o cual corriente ideológica, tiene que ver en parte con rasgos heredados de nuestros primeros nutrimentos culturales, se forman en la sociedad, en la universidad, en los secretos compartidos, en las rivalidades, en las amistades, en los negocios, en la empatía, en el odio; si se analizaran discurso por discurso de los grandes líderes del mundo, podríamos, en parte, descifrar las pasiones y las relaciones comprometidas, que llevan algunos a guiarse a través de decisiones cerradas racionalizadas, pero no racionales.
Los conflictos internacionales, interétnicos, religiosos; las relaciones bilaterales, multilaterales; la paz, la guerra; todo está regido por múltiples dimensiones, pero también por la certidumbre que desemboca en incertidumbre, el caos y el orden se funden y se confunden, por ello los seres humanos tenemos normas para todo, porque el caos nos neurotiza y creemos que nuestras decisiones deben ser simplificadas porque no soportamos todo lo que se relacione con lo complejo. Sin embargo, la excesiva simplificación, nos ha llevado a mayor complejificación. Los problemas de la globalización son tan multidimensionales como lo son sus discursos. Immanuel Wallerstein menciona sobre el discurso de los líderes del mundo El tono suele ser de superioridad, intimidatorio y arrogante, pero las políticas se presentan siempre como si reflejaran valores y verdades universales.(38)
Panter- Nombre de missatges : 2858
Fecha de inscripción : 12/05/2010
Re: Volver al origen
El conocimiento del mundo es importante, pues la ignorancia no es la de aquel que no conoce, sino la del que no está dispuesto a conocer. Se necesitan análisis que calen profundo en el conocimiento de nuestro contexto planetario, donde decisiones como la de rechazar o aceptar el Protocolo de Kyoto (sólo por dar un ejemplo), estén pensadas en este tenor, el de la profundidad compleja. La enseñanza y el análisis de la condición humana son necesarios, la inteligencia se ha eclipsado ante el dominio de las normas económicas, por encima de las normas sociales humanas.
La complejidad –dice Morin– es la incertidumbre en el seno de los sistemas ricamente organizados.(39) Misiones de paz que desembocan en tratantes de blancas; guerras concienzudamente planeadas, que no llevan ni paz ni democracia; elecciones donde las mayorías ya no existen debido al abstencionismo; todo esto es la incertidumbre que nutre al sistema, la organización puede desorganizar y viceversa.
Lo anterior se justifica en el marco de una reforma de la educación, donde el estudiante desarrolle una mirada crítica, consciente de su lugar en el mundo. Precisamente, cuando Nicolescu habla de realidad se refiere a lo que se resiste a nuestras experiencias, representaciones, imágenes, o incluso formulaciones matemáticas.(40) Los discursos son creados con una intención (cualquiera que esta sea), que representa una realidad pero sólo en un nivel, el del contexto de la o las personas que lo fundamentan.
Hay representaciones e imágenes que suplantan la diversidad de niveles de realidad y se entronizan como lo real. Es decir, dicha resistencia es parte de la incertidumbre de la realidad a la que asistimos en lo cotidiano. Morin argumenta que si el sujeto refleja al mundo, eso puede también significar que el mundo refleja al sujeto.(41) Los discursos son un claro ejemplo del reflejo del sujeto en el mundo una vez que se llevan a la acción. El discurso de la guerra preventiva como conocimiento, fue creado por un ser humano que convenció con sus ideas, las que fueron utilizadas para tomar decisiones importantes, que hoy se reflejan en la condición del sistema internacional. Por lo tanto, el mundo (su condición) se refleja en los sujetos cuando analizamos las consecuencias provocadas por el reflejo de un sujeto en el mundo.
El pensamiento complejo proclama verdades que se van nutriendo con los hechos del mundo en el que vivimos, “verdades biodegradables” que viven y mueren. Porque hay esencias del pensamiento que trascienden y otras que se desechan porque el mundo que explicaban ya no existe. Las que se resisten a morir se transforman en sistemas de creencias doctrinales que racionalizan para su propio beneficio y nutren su discurso con la falsa racionalidad donde la gravedad de las consecuencias para el ser humano es un simple cuadro estadístico.
Un factor de importancia vital en el pensamiento complejo, es la acción que es al mismo tiempo estrategia. La estrategia permite, a partir de una decisión inicial, imaginar un cierto número de escenarios para la acción, escenarios que podrán ser modificados según las informaciones que nos lleguen en el curso de la acción y según los elementos aleatorios que sobrevendrán y perturbarán la acción.(42) Aquí la acción-estrategia no trata de resolver la incertidumbre, pero sí lucha contra ella, porque establece un sistema de retroalimentación con la realidad compleja. El azar no es solamente el factor negativo a reducir en el dominio de la estrategia. Es también la suerte a ser aprovechada.(43)
Cuando hablamos de azar, hablamos de incertidumbre, de las decisiones ya tomadas sobre las que no tenemos control, pero que incluyéndolas en nuestro esquema de análisis por medio de la retroalimentación y la actitud preactiva, pueden generar conclusiones que ayuden a un análisis de la globalización y de la realidad internacional, comprometidas con el futuro de la humanidad. A esto Morin le llama ecología de la acción, que dice que en el momento en que un individuo emprende una acción cualesquiera que fuere, ésta comienza a escapar a sus intenciones.(44)
Establece que hay que darle un seguimiento a la acción, que en la medida de lo posible, pueda ser reencausada. Se opone a la palabra programa, porque de alguna forma la estrategia no sigue un itinerario cerrado. Morin menciona que toda crisis es un incremento de las incertidumbres.(45) El sistema –desde que las crisis se han apoderado de él – ha tratado de reformarse con la utilización de discursos y programas que difieren mucho de las acciones que se llevan a cabo, causando aún más incertidumbre.
El principio de la acción-estrategia es pues aplicable tanto al análisis de la realidad del sistema internacional y la globalización, como al análisis de los discursos y su coherencia en las acciones. Sin embargo, Morin advierte que el pensamiento complejo no es una receta para conocer lo inesperado. Pero nos vuelve prudentes, atentos, no nos deja dormirnos en la mecánica aparente y la trivialidad aparente de los determinismos.(46) La realidad cambia constantemente y no nos hemos preparado para ella, la velocidad a la que dichos cambios se dan se ha acelerado a partir de las revoluciones científico-técnicas que permiten que las identidades, las realidades, los discursos y los procesos se vuelvan más complejos. Por lo tanto, las propuestas para la realidad (recordando éstas como perspectivas no definitivas de la misma) deben de apegarse a acciones-estrategias incluyentes.
Conclusión
Desde hace mucho, más de lo mismo parece ser mejor; (47) más desarrollo, más tecnología, más democracia, más libre comercio, más globalización; como si la palabra más fuera la sustituta perfecta de la mayor utopía humana: la modernidad.
La historia de las ciencias nos ha mostrado que la división (más especialización) no ha sido precisamente una fortaleza. Que en ese camino de cinco siglos por cada árbol talado, por cada río contaminado, por cada genocidio, por cada niño que muere de hambre y sed, hemos perdido también gran parte de nuestra humanidad. El ring de las peleas entre disciplinas disputándose la razón, sólo ha provocado atrasos en la solución de problemas vitales para nuestra supervivencia planetaria.
El pensamiento complejo nos señala el inicio del camino que tenemos que andar. La reforma del pensamiento requiere de todo nuestro esfuerzo y creatividad. La pasión por la enseñanza y el aprendizaje son necesarios para sortear los obstáculos que la falsa racionalidad coloca en nuestro quehacer cotidiano. La vigilante autocrítica debe ser fortalecida continuamente, para que la educación trascienda como espacio de creación y difusión de conocimiento. Muchos jóvenes están dispuestos a quitarse las vendas, y nosotros como educadores de la complejidad, debemos manifestar nuestros deseos de aprender y crear junto a ellos, eliminando las barreras jerárquicas impuestas por la educación burocratizada.
En este proceso de creación conjunta, el análisis de los problemas de la globalización será de ayuda inestimable para el conocimiento y la comprensión tanto del presente como del futuro planetario. La transdisciplinariedad que va de la mano con este análisis será en beneficio de la expansión de la inteligencia general y del desarrollo humano. El pensamiento complejo y la transdisciplina como una vía de autotransformación y transformación del pensamiento y de la educación.
Morin en un artículo reciente señala que, “la reforma educativa deberá producir una enseñanza-aprendizaje de la organización, es decir, pensar el contexto global (inscribir lo estudiado en el horizonte global), buscar la relación de inseparabilidad de inter-retro-acción entre los fenómenos, su contexto inmediato y ese otro/mismo contexto global.(48)
Una de las finalidades es volver al origen, al rescate de lo que hacía sentirnos parte del todo, que aunque mítico nos incitaba a respetar nuestro planeta. Argumentos contra esto puede haber muchos, uno de ellos es, que en aquellos tiempos, era el miedo a lo desconocido lo que nos detenía. ¿Es qué acaso hoy podemos jactarnos de conocerlo todo? ¿No deberíamos temer la extinción? La oportunidad para la transformación de los humanos en seres humanos, la tenemos justo enfrente. Sólo tenemos que respetar lo desconocido con el afán de algún día conocerlo sin esperar su extinción.
Joaquín Barragán es Coordinador del área de Investigación. Multiversidad Mundo Real “Edgar Morin”
”e-mail: jbarragan@multiversidadreal.org
Artículo publicado en la revista “Ethos Educativos”. México. II Época. Nº 40. septiembre-enero 2007
Bibliografía
BAGÚ, Sergio. Catástrofe política y teoría social. Siglo XXI/ UNAM. México, 1997.
Colectivo de autores. Modelo educativo. Una aproximación axiológica de transdisciplina y pensamiento complejo. Multiversidad Mundo Real Edgar Morin. Hermosillo, Sonora, 2006.
La complejidad –dice Morin– es la incertidumbre en el seno de los sistemas ricamente organizados.(39) Misiones de paz que desembocan en tratantes de blancas; guerras concienzudamente planeadas, que no llevan ni paz ni democracia; elecciones donde las mayorías ya no existen debido al abstencionismo; todo esto es la incertidumbre que nutre al sistema, la organización puede desorganizar y viceversa.
Lo anterior se justifica en el marco de una reforma de la educación, donde el estudiante desarrolle una mirada crítica, consciente de su lugar en el mundo. Precisamente, cuando Nicolescu habla de realidad se refiere a lo que se resiste a nuestras experiencias, representaciones, imágenes, o incluso formulaciones matemáticas.(40) Los discursos son creados con una intención (cualquiera que esta sea), que representa una realidad pero sólo en un nivel, el del contexto de la o las personas que lo fundamentan.
Hay representaciones e imágenes que suplantan la diversidad de niveles de realidad y se entronizan como lo real. Es decir, dicha resistencia es parte de la incertidumbre de la realidad a la que asistimos en lo cotidiano. Morin argumenta que si el sujeto refleja al mundo, eso puede también significar que el mundo refleja al sujeto.(41) Los discursos son un claro ejemplo del reflejo del sujeto en el mundo una vez que se llevan a la acción. El discurso de la guerra preventiva como conocimiento, fue creado por un ser humano que convenció con sus ideas, las que fueron utilizadas para tomar decisiones importantes, que hoy se reflejan en la condición del sistema internacional. Por lo tanto, el mundo (su condición) se refleja en los sujetos cuando analizamos las consecuencias provocadas por el reflejo de un sujeto en el mundo.
El pensamiento complejo proclama verdades que se van nutriendo con los hechos del mundo en el que vivimos, “verdades biodegradables” que viven y mueren. Porque hay esencias del pensamiento que trascienden y otras que se desechan porque el mundo que explicaban ya no existe. Las que se resisten a morir se transforman en sistemas de creencias doctrinales que racionalizan para su propio beneficio y nutren su discurso con la falsa racionalidad donde la gravedad de las consecuencias para el ser humano es un simple cuadro estadístico.
Un factor de importancia vital en el pensamiento complejo, es la acción que es al mismo tiempo estrategia. La estrategia permite, a partir de una decisión inicial, imaginar un cierto número de escenarios para la acción, escenarios que podrán ser modificados según las informaciones que nos lleguen en el curso de la acción y según los elementos aleatorios que sobrevendrán y perturbarán la acción.(42) Aquí la acción-estrategia no trata de resolver la incertidumbre, pero sí lucha contra ella, porque establece un sistema de retroalimentación con la realidad compleja. El azar no es solamente el factor negativo a reducir en el dominio de la estrategia. Es también la suerte a ser aprovechada.(43)
Cuando hablamos de azar, hablamos de incertidumbre, de las decisiones ya tomadas sobre las que no tenemos control, pero que incluyéndolas en nuestro esquema de análisis por medio de la retroalimentación y la actitud preactiva, pueden generar conclusiones que ayuden a un análisis de la globalización y de la realidad internacional, comprometidas con el futuro de la humanidad. A esto Morin le llama ecología de la acción, que dice que en el momento en que un individuo emprende una acción cualesquiera que fuere, ésta comienza a escapar a sus intenciones.(44)
Establece que hay que darle un seguimiento a la acción, que en la medida de lo posible, pueda ser reencausada. Se opone a la palabra programa, porque de alguna forma la estrategia no sigue un itinerario cerrado. Morin menciona que toda crisis es un incremento de las incertidumbres.(45) El sistema –desde que las crisis se han apoderado de él – ha tratado de reformarse con la utilización de discursos y programas que difieren mucho de las acciones que se llevan a cabo, causando aún más incertidumbre.
El principio de la acción-estrategia es pues aplicable tanto al análisis de la realidad del sistema internacional y la globalización, como al análisis de los discursos y su coherencia en las acciones. Sin embargo, Morin advierte que el pensamiento complejo no es una receta para conocer lo inesperado. Pero nos vuelve prudentes, atentos, no nos deja dormirnos en la mecánica aparente y la trivialidad aparente de los determinismos.(46) La realidad cambia constantemente y no nos hemos preparado para ella, la velocidad a la que dichos cambios se dan se ha acelerado a partir de las revoluciones científico-técnicas que permiten que las identidades, las realidades, los discursos y los procesos se vuelvan más complejos. Por lo tanto, las propuestas para la realidad (recordando éstas como perspectivas no definitivas de la misma) deben de apegarse a acciones-estrategias incluyentes.
Conclusión
Desde hace mucho, más de lo mismo parece ser mejor; (47) más desarrollo, más tecnología, más democracia, más libre comercio, más globalización; como si la palabra más fuera la sustituta perfecta de la mayor utopía humana: la modernidad.
La historia de las ciencias nos ha mostrado que la división (más especialización) no ha sido precisamente una fortaleza. Que en ese camino de cinco siglos por cada árbol talado, por cada río contaminado, por cada genocidio, por cada niño que muere de hambre y sed, hemos perdido también gran parte de nuestra humanidad. El ring de las peleas entre disciplinas disputándose la razón, sólo ha provocado atrasos en la solución de problemas vitales para nuestra supervivencia planetaria.
El pensamiento complejo nos señala el inicio del camino que tenemos que andar. La reforma del pensamiento requiere de todo nuestro esfuerzo y creatividad. La pasión por la enseñanza y el aprendizaje son necesarios para sortear los obstáculos que la falsa racionalidad coloca en nuestro quehacer cotidiano. La vigilante autocrítica debe ser fortalecida continuamente, para que la educación trascienda como espacio de creación y difusión de conocimiento. Muchos jóvenes están dispuestos a quitarse las vendas, y nosotros como educadores de la complejidad, debemos manifestar nuestros deseos de aprender y crear junto a ellos, eliminando las barreras jerárquicas impuestas por la educación burocratizada.
En este proceso de creación conjunta, el análisis de los problemas de la globalización será de ayuda inestimable para el conocimiento y la comprensión tanto del presente como del futuro planetario. La transdisciplinariedad que va de la mano con este análisis será en beneficio de la expansión de la inteligencia general y del desarrollo humano. El pensamiento complejo y la transdisciplina como una vía de autotransformación y transformación del pensamiento y de la educación.
Morin en un artículo reciente señala que, “la reforma educativa deberá producir una enseñanza-aprendizaje de la organización, es decir, pensar el contexto global (inscribir lo estudiado en el horizonte global), buscar la relación de inseparabilidad de inter-retro-acción entre los fenómenos, su contexto inmediato y ese otro/mismo contexto global.(48)
Una de las finalidades es volver al origen, al rescate de lo que hacía sentirnos parte del todo, que aunque mítico nos incitaba a respetar nuestro planeta. Argumentos contra esto puede haber muchos, uno de ellos es, que en aquellos tiempos, era el miedo a lo desconocido lo que nos detenía. ¿Es qué acaso hoy podemos jactarnos de conocerlo todo? ¿No deberíamos temer la extinción? La oportunidad para la transformación de los humanos en seres humanos, la tenemos justo enfrente. Sólo tenemos que respetar lo desconocido con el afán de algún día conocerlo sin esperar su extinción.
Joaquín Barragán es Coordinador del área de Investigación. Multiversidad Mundo Real “Edgar Morin”
”e-mail: jbarragan@multiversidadreal.org
Artículo publicado en la revista “Ethos Educativos”. México. II Época. Nº 40. septiembre-enero 2007
Bibliografía
BAGÚ, Sergio. Catástrofe política y teoría social. Siglo XXI/ UNAM. México, 1997.
Colectivo de autores. Modelo educativo. Una aproximación axiológica de transdisciplina y pensamiento complejo. Multiversidad Mundo Real Edgar Morin. Hermosillo, Sonora, 2006.
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