Imponen el catalán, pero llevan a sus hijos a colegios de otras lenguas

Imponen el catalán, pero llevan a sus hijos a colegios de otras lenguas


Altos cargos del PSC, defensores de la inmersión lingüística, tienen matriculados a sus hijos en centros privados

LVL
lunes, 15 de febrero de 2010, 11:29


Madrid.- Muchos de los políticos catalanes que defienden la inmersión lingüística obligatoria en catalán llevan a sus hijos a colegios privados de élite en los que no se aplican estas medidas, según denunció el domingo el periódico ‘La Gaceta’.
José Montilla, presidente de la Generalitat, tiene matriculados a sus trillizos en el selecto Colegio Alemán, donde aprenden cuatro idiomas. Además otros cargos del PSC como Manuela de Madre, vicepresidenta de la formación, José Zaragoza, secretario de organización, Joaquim Nadal, consejero catalán de Política Territorial, y Mar Serna, consejera de Trabajo, llevan a sus hijos a escuelas privadas que quedan excluidas de la obligación de que el catalán sea lengua vehicular.
Este hecho no afecta sólo a los miembros del Gobierno catalán, Artur Mas, líder de CiU, envía a sus hijos al Liceo Francés, el mismo en el que estudian los vástagos de Joan Laporta. El presidente del Fútbol Club Barcelona logró recientemente que el catalán fuera nombrado lengua oficial del club y manifestó repetidas veces su apoyo a discursos independentistas.
“Montilla impone el monolingüismo en las escuelas públicas y convierte en conejillos de indias a los niños de los demás mientras los suyos aprenden cuatro idiomas. Eso es cinismo político”, declaró Albert Rivera, presidente de Ciudadanos.
El periódico hizo asimismo visible la acusación de Josep Anglada i Rius, presidente de Plataforma por Cataluña.
Por su parte, Anglada acusó de xenófobos a los dirigentes del tripartito catalán y a los miembros de CiU. “Aunque tienen un discurso políticamente correcto con la inmigración, en su vida privada se comportan como auténticos racistas”, sentenció. Anglada retó a los políticos a llevar a sus hijos a colegios públicos de las zonas más afectadas por la inmigración antes de la próxima campaña “para que sean coherentes con lo que dicen en público”, señaló el diario.
Otros políticos que llevan a sus hijos a centros privados son Cristina Garmendia, José Blanco, Mercedes Cabrera o José Bono. La ministra de Ciencia e Innovación tiene a sus hijos matriculados en el colegio San Patricio del madrileño barrio de La Moraleja; José Blanco los lleva al Instituto Británico mientras que Mercedes Cabrera los tiene inscritos en el Colegio Estudio de Madrid.
Numerosos responsables políticos y profesionales han denunciado este hecho. Carmen Guaita, responsable estatal de Comunicación del sindicato docente ANPE, manifestó que “los responsables políticos tienen que garantizar a la sociedad la misma educación de máxima calidad que quieren para sus hijos”.
Por su parte, el portavoz de educación del PP en el Congreso, el popular Juan Antonio Gómez, declaró considerar “un insulto” que no ofrezcan lo que guardan para sus vástagos. “La honestidad en política debe ser dar lo mejor para los hijos de los ciudadanos”, añadió.
Finalmente el presidente de Ciudadanos manifestó: “Si creen que la pública tiene la suficiente calidad y funciona tan bien como venden, deberían llevar a sus descendientes allí”.

Primera, a Catalunya no s'imposa res, sinó que l'escola pública utilitza la llengua pròpia del país. Com a tots els països del món.
Segona. A tots aquets mateixos països, i en general, qui s'ho pot permetre porta els seus fills a escoles que considera millors. No veig perquè Catalunya ha de ser una excepció.

Una respuesta muy tuya, faltaría más.

Osea que lo de predicar con el ejemplo a Catalunya no vale.

Predicar amb l'exemple si que val, però no parlem pas de donar exemple, sinó de si les escoles privades, en general, són millors que l'escola pública. Jo crec que si, i per això entenc que, qui pugui pagar-s'ho, porti els fills (per qui tots volem lo millor) a l'escola privada.
Ara, també és cert, que qui faci això, com a mínim, desprès calli a l'hora de criticar segons què.