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Jesús, la política y las armas. Pasajes evangélicos para la reflexión (X) (139-10)

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Missatge  Invitat 08/05/10, 01:18 pm

Escribe Antonio Piñero

Jesús, la política y las armas. Pasajes evangélicos para la reflexión (X) (139-10) Personne20751n

Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.

Seguimos con el punto de vista de Samuel S.G.F. Brandon.

Quiero -antes de seguir exponiendo su punto de vista, tan poco conocido- aclarar que el autor que comentamos –lector que conocía a Flavio Josefo de memoria- sabía perfectamente que el celotismo, como organización política estructurada, hoy diríamos como “partido” político, no surgió hasta poco antes de la guerra contra Roma en el 66-70. Pero este hecho no es argumento alguno, a pesar de haber sido exhibido, desde Martin Hengel sobre todo, como si fuera definitivo.

Brandon se refiere al celotismo como teología político-religiosa vigente entre el pueblo desde el intento de levantamiento de Judas el Galileo, o Judas de Gamala (Gamala no está en Galilea; aquí hay una confusión en las fuentes nunca aclarada del todo) y el fariseo Sadoc en el año 6 d.C., teología que jamás dejó de estar vigente entre el pueblo judío desde ese momento. Tal teología une a su idea central del señorío absoluto de Yahvé sobre la tierra de Israel, la espera firme de un mesías del tipo “Hijo de David” y la concepción de que "a Dios rogando y con e mazo dando": el ser humano ha de poner de su parte mucho para que Dios se decida a intervenir. El grado de participación y qué tipo de acción es lo que varía entre los diversos "celotas".

Pensar que con probar simplemente que el “partido” celota organizado no existía como tal “partido” hasta el los años 60 del siglo I queda cancelada y enterrada la larga y razonada argumentación de Brandon en torno a los celotas del siglo I y a su teología, reflejada en diversos pasajes evangélicos, me parece poco comprensible como argumento.

Igualmente la crítica evangélica no puede probar con seguridad que Jesús interpretase su misión según la “teología del Siervo de Yahvé del Segundo Isaías”, sobre todo del capítulo 53, como un “siervo sufriente de Yahvé”. No hay ningún texto de los que razonablemente puedan adscribirse al Jesús histórico (siempre la cuestión del método básico de la investigación de hoy, sea creyente o no, que muchos olvidan) que apunte a que Jesús se pensaba un “siervo sufriente”. Todo lo contrario.

Es éste, el del “siervo sufriente de Yahvé” un teologuema que pertenece con toda seguridad a la teología cristiana postpascual (a pesar del esfuerzo de Sean Freyne, cuyo libro sobre “Jesús el galileo”, hemos comentado), un teologuema que no tiene ningún antecedente en la exégesis judía antes de que aparezca en los Sinópticos, sobre todo en Lucas-Hechos. No hay ningún pasaje que pueda atribuirse razonablemente al Jesús histórico que nos lleve a concluir que él pensaba que iba hacia Jerusalén a sufrir una muerte expiatoria, como designio divino. Jesús iba a Jerusalén a triunfar, a hacer de su parte lo posible para que Dios instaurase su reinado allí mismo de inmediato. Tratamos este tema a propósito del pensamiento de Senén Vidal al respecto (en su obra “Tres proyectos de Jesús”).


Seguimos con la opinión de Brandon:

El episodio de la “Purificación del Templo” (Mc 11,15-17 y paralelos), a pesar del tono eminentemente religioso que le otorgan los evangelistas (“Y les enseñaba, diciéndoles: «¿No está escrito: Mi Casa será llamada Casa de oración para todas las gentes? ¡Pero vosotros la tenéis hecha una cueva de bandidos!”: v. 17), debe interpretarse como un asalto en toda regla de Jesús para apoderarse del santuario, purificarlo y “obligar” o “instar” a Dios para que iniciara por fin la instauración de su reino en la tierra de Israel.

Jesús no pugnaba contra los romanos, sino directamente contra la alta jerarquía –“sumos sacerdotes” de los judíos como colaboracionistas del poder ocupante y que no hacían funcionar al Santuario como un judío piadoso esperaba-; ni mucho menos pensó jamás el Nazareno que con una grupo de discípulos, algunos de los cuales llevarían algo más que palos, pero muy poca cosa iba a desalojar de Israel el imponente poder guerrero del Imperio. Jesús sólo deseaba preparar el Templo para una llegada especial de la Presencia Divina, al lugar –el Templo- en donde se suponía que debía estar, y en el que no estaba por el estado lamentable, según ellos, en el que se encontraba. Este pensamiento es común entre los judíos del siglo I y se muestra en las críticas recogidas contra los sacerdotes por Flavio Josefo.

De ningún modo puede interpretarse el incidente como el gesto de un hombre pacífico, argumenta Brandon. La acción de Jesús fue un ataque directo contra los que los fomentaban y se enriquecían con estas actividades: el clero del Templo, sobre todo los de alto rango y los saduceos, la facción religiosa que dirigía el santuario. He aquí el pasaje:


"Y llegan a Jerusalén. Y cuando entró en el templo empezó a expulsar a los que vendían y a los que compraban en el templo, y volcó las mesas de los cambistas y los taburetes de los que vendían las palomas; y no permitía que alguien trasladase cosas atravesando por el templo; y enseñaba y les decía: “¿No está escrito: Mi casa se llamará casa de oración para todas las naciones? Pero vosotros la habéis hecho cueva de bandidos”.

Ante la dificultad de cómo no actuaron de inmediato los romanos -quienes vigilaban el recinto del Templo desde su acuartelamiento de la Torre Antonia, justo encima del Patio de los gentiles, donde ocurrió el incidente- prendiendo a Jesús, no responde Brandon claramente. Debe suponerse, si eran muchos los que estaban con el Nazareno, que los romanos esperaron una ocasión más oportuna para detenerlo, donde no hubiera tanta gente y no pudiera producirse una matanza de inocentes; o bien que la acción fuera muy rápida y breve, de modo que cuando los romanos quisieron intervenir, Jesús y sus seguidores habrían huido o se habrían disuelto entre las multitudes.

Todo apunta en cualquier caso a que este episodio tuvo lugar muy cerca o simultáneamente con una revuelta antirromana, con el resultado de un muerto, en la cual fue hecho preso Barrabás (Mc 15,7). Ello indica al menos que se respiraba en aquellos momentos un ambiente violento de expectativas mesiánicas, del que debe suponerse que participaba Jesús. Aunque los evangelistas no establecen relación alguna entre los dos acontecimientos –la purificación y la revuelta- es poco creíble que no la hubiera.

Seguiremos
Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com



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Missatge  Invitat 09/05/10, 12:13 am

Rosaaaaaaaaaaa, "aquí te quiero ver, Magín"Jesús, la política y las armas. Pasajes evangélicos para la reflexión (X) (139-10) Dientes
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Missatge  Isona77 09/05/10, 09:41 pm

Carme: tu ja saps com penso i aquest
senyor ha manipulat els evangelis. Possiblement s’ha mirat l’Evangeli segons
Sant Mateu de’n Passolini . Però res més. Els de debò no.





S’ha saltat allò de si et venten una
bufa posa l’altre galta i si et prenent la capa done’ls la resta… Quan van anar
a prendre’l a la muntanya de les
oliveres va fer envainar l’espasa en Pere que era molt agosarat. I en aquells
temps, si et llegeixes be la història , veuràs
que tothom anava armat.


La vegada que fa fer us amb rudesa
va ser quan va treure a fuetades als mercaders del temple (i encara es va
quedar curt) Perquè es ben cert que aleshores com ara els que més havien de
cuidar el temple l’havien convertit en una cova de lladres… talment com ara.





I si es cert que el seu seguiment
provoca que la gent no accepti el seu misatge començant per els que diuen que
el segueixen i això engendra diferències de criteris i per tan disputes… però
per el fet de que no s’accepta amb rectitut el misatge evangèlic. Nomès cal
donar una ullada al Vaticà i als bisbes. Ja veus que els que volen seguir el
seu misatge acaben com el bisbe Casaldàliga arreconat al Matto Grosso. O d’altres
que com ell han combatut amb el seu exemple irrefutable tota la cùria en pes. I que m’en dius den
Viçens Ferrer i tants i tants d’altres que son fidels i callats testimonis del
evangeli auténtic i aquests resten en l’anonimat
però son els autèntics seguidors de l’evangeli
que Ell va predicar i va viure amb l’exemple.


La Carta Magna dels evangelis i a on
queda resumida la seva doctrina son les Benaventurançes i una d’elles diu: Benaventurats els pacífics… I sempre
el seu misatge es de Amor i Perdó.


Un nou manament us dono: que us estimeu
els uns als altres com jo us he estimat. Aquest darrer manament el dòna als
seus deixebles la nit abans de morir.


No sé de què li serveix al Sr. Piñero
tan de titol si a la fi ha perdut el més important del misatge evangèlic.
Isona77
Isona77

Nombre de missatges : 1095
Fecha de inscripción : 18/01/2009

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